El juego de la vida

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

Jugando, jugando conocí un juego de mesa  que consiste en avanzar 100 puntos,  del 1 al 100, tirando un dado, pero lo que hace difícil llegar a la meta, lo que complica el avance, es que en el trayecto del camino a la meta, hay dos elementos, dos cosas que hacen especial, atractivo y difícil llegar al final del juego.
En el trayecto hay 9 escaleras,  entre los números del 1 al 100 en diferentes puntos del camino están las escaleras la  finalidad de estas, es hacer que uno suba en la puntuación por ejemplo: 
Si al empezar el juego con el dado sacas un 1 , hay una escalera que te lleva directamente al numero 38,  si avanzas y caes en el 6 subes al numero 16,  si caes en 21 subes hasta el 60  si caes en 24 asciendes a 87  y así sucesivamente las escaleras te permiten subir para llegar a la meta,  y si tienes suerte y avanzando con el dado llega al No 78  existe una escalera que te lleva al numero 100 o sea que llegas a la meta.  En fin todas las escaleras de este juego te permiten subir y ascender en la puntuación.
Pero También existe algo negativo en el juego, existen obstáculos  en diferentes partes del tablero entre el 1 al 100 existen también 9 lugares en los que hay víboras serpientes, que a diferencia de las escaleras te hacen bajar en la puntuación, te hacen descender, por ejemplo si estas avanzando y llegas al 31 bajas al numero 9  si caes en el numero 62 bajas al 19 y así sucesivamente hay serpientes por todos lados y también casi al llegar a la meta en el numero 95 esta la ultima serpiente que te hace retroceder en el juego hasta el numero 75
Mi experiencia personal de este juego es la siguiente: estaba jugando, iba por el camino del juego avanzando a pasos agigantados, pues al avanzar me tocaron  3 escaleras las cuales me permitieron rápidamente avanzar y llegar al numero 84, sonriendo miraba mi ocasional rival, Gustavo, mi pequeño hijo de 9 años.  El cual conocedor del juego me devolvía mi sonrisa con otra sonrisa y me decía:
“No cantes victoria” aun no has llegado a la meta, cuidado que aun quedan varias serpientes que tienes que esquivar, y dicho esto, la advertencia se vuelve realidad, pues para mi mala suerte, al girar el dado me toco en el numero 84 en el cual había una enorme serpiente que me hizo retroceder en el juego casi hasta el principio, retrocedí en el juego al numero 28. y riendo me dice mi pequeño rival, te lo dije, te lo dije…
En este juego no es tan fácil llegar a la meta, no es fácil llegar al numero cien,  a lo largo del juego en varias ocasiones así como uno sube por las escaleras, vuelve atrás y atrás al pisar el lugar donde están las serpientes.
¿Por que les hablo de este juego?
 Sencillamente por que jugando me iba dando cuenta que este juego se asemeja mucho a nuestra vida. 
Cada vez que avanzaba y me tocaba una escalera, la cual me permitía subir rápidamente, recordaba y pensaba en las veces que busque y encontré la escalera celestial, las veces que busque y encontré a Dios: en la Eucaristía , en la misa,  En la Biblia ,  me emocionaba el saber que encontraba la escalera de la gracia divina, al tratar de amar sus mandamientos,  al amar y servir al prójimo encontraba esta escalera que me permitía subir y avanzar rumbo a la meta,   la escalera Divina la encontramos cuando hablamos del Reino de Dios, encontramos y subimos la escalera cada vez que proclamamos a Jesucristo como el Señor y  Rey de nuestra vida, Señor y Rey del mundo, cuando anunciamos y compartimos con los demás  la Buena Nueva , La Gran Noticia de la Salvación.
Pero cuando en el juego me tocaba y caía sobre la cabeza de una serpiente, y retrocedía en el juego, con tristeza, asustado y lleno de miedo, recordaba y pensaba en las veces que también con mi forma de vida y con mis acciones me ha tocado caer en la tentación, caer en las garras del mal,  como en una película me imaginaba las veces que uno retrocede y se aleja del camino eterno,  y al buscar y seguir a la serpiente del edén, con nuestras mentiras, con el odio, la avaricia, la envidia, la lujuria, la vanidad, el orgullo,  la pereza,  retrocedemos en nuestra carrera celestial, retrocedemos en el camino de la vida y nos alejamos de la meta.
 
Tu y yo estamos jugando el juego de la vida,  en este juego nos encontraremos con la Escalera celestial, Escalera que nos ayuda a avanzar en el camino que nos lleva al cielo, y también nos encontraremos con las serpientes del maligno, que estarán disfrazadas para tratar de engañarnos y hacernos retroceder y mas que retroceder, desviarnos del camino que lleva a la meta.
En el juego de la vida no importa en que lugar del recorrido te encuentres en estos momentos, quizás en vez de llegar y  buscar la escalera celestial,  llegaste y caíste en manos de la serpiente, en manos del mal,  si haz tropezado, si haz caído, si haz pecado y con ello te has alejado de la gracia de Dios.  ¡Sal de eses camino!  Hoy puedes volver a empezar de nuevo, hoy puedes comenzar una nueva vida, hoy puedes soltar todas las cadenas, levántate y sigue jugando, sigue avanzando  con la gracia de Dios, podrás llegar al final del juego,  con la ayuda y gracia de Dios, Tú y yo podemos llegar a la meta Celestial
Filipenses  3,13-14
“Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que si hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que esta delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús”. Amen