¡Falta!

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

1ra Juan 1,8-9 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo nos perdonara nuestros pecados y nos limpiara de toda maldad”.
 
El sacramento de “La Confesión”, un sacramento de reconciliación con Dios.
Hablando de Confesión, recuerda  la primera vez que realizo la Confesión de sus pecados. 
Usted y yo éramos unos niños pequeños, muy nerviosos los momentos previos a la confesión, muchos acudimos a esta primera cita con el Sacerdote, con muchos nervios, por temor a olvidarnos la lista de pecados aprendidos de memoria.
Desde esa vez hasta los años que Dios le ha permitido vivir: ¿Cuántas veces mas volvió al confesionario,  Cuantas confesiones realizo hasta hoy? 
¿1, 7, 70, 700, 7000…?
Un día el Señor Puro Quejas, va a la iglesia y se dirige por error al confesionario, y dirigiéndose al Sacerdote le dice:
-Padrecito, vengo a confesar todas mis faltas
El sacerdote, se alegra de que todavía existan personas que quieran confesar sus pecados y dice a su ocasional, confesor.
-¡Empiece hermano! Confiéseme sus faltas.
Y El Señor Puro Quejas, dice  preocupado:
Me Falta dinero, me falta trabajo, me falta ropa, me falta una casa, me falta un auto, me falta salud, me falta un televisor, me falta…
La confesión, es confesar, declarar y decir, todas nuestras faltas, todos nuestros errores, todos nuestros pecados.
 
Confesar nuestras faltas, es muy difícil, para nuestro “Yo”, es fácil confesar muchas cosas,  confesar los secretos de otros (el chisme), confesamos muchas cosas, pero confesar nuestras faltas, confesar nuestros errores, nuestros pecados eso si que es muy difícil, buscamos una y mil excusas para evitar pasar por el confesionario.
La excusa mas común es decir, por que voy a confesar mis pecados y faltas ante un hombre,  si el es igual de pecador como yo,  eso es anticuado, yo soy un católico moderno, yo me confieso directamente con Dios, decimos algunos para evitar ir a contarle todas nuestras faltas a un sacerdote, que por lo que me imagino,  debe terminar  muy asustado de tanto escuchar cada pecado que cometemos.
Después de esta pequeña reflexión, lo invito a que vamos con prontitud  a confesar nuestros pecados,  pero antes de eso ¡falta!  Algo.   Antes de ir  falta Arrepentirse de todo lo que hemos hecho, falta el deseo de no volver a cometer el mismo pecado.
Hechos 2,38 dice claramente, Arrepiéntanse, para que El Señor les perdone sus  pecados, antes de confesarnos tenemos que estar afligidos como dice la escritura en Baruc, 3,1-2 “Señor Todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu turbado  es quien te clama. Señor, escucha y apiadate porque hemos pecado contra ti”
Es tiempo de confesar nuestras faltas, es tiempo de arrepentirse, por que de no ser así, quizás nos pueda suceder lo de la siguiente historia:
El 9 de Septiembre fue un día funesto para el Señor Puro culpa,  ese día muere y se encuentra en las puertas del cielo:
-¿San Pedro puedo Entrar? Pregunta el Señor Puro Culpa
San Pedro responde, ¡Falta!
¿Que falta? Dice Puro Culpa, 
Falta que revise toda tu vida y tus acciones en mi computadora responde San Pedro.
Paso el tiempo y nuevamente pregunta Puro Culpa.
¿Ya termino de revisar?  Ahora puedo ingresar, por favor déjeme ingresar.
Entonces nuevamente San Pedro dice:
-¿Falta?
Asustado Puro culpa, nuevamente pregunta ¿Qué Falta?
-Falta que  confieses tus pecados, falta tu confesión, tu arrepentimiento eso Falta.
Y termina el Señor Puro culpa  temblando de miedo y exclama:
! OH! “Y ahora quien podrá confesarme”
 
Queridos hermanos, antes de ir a confesar nuestras faltas, antes de confesar nuestros pecados oremos al Señor:
Padre, en este día me siento afligido, me siento mal, estoy muy triste por que como hijo tuyo te he fallado, he pecado Señor, mis pecados me atormentan, y me hacen sufrir, por eso Señor hoy me dirijo a ti, para implorarte Misericordia y Perdón,   ten piedad de mi Señor, hoy me arrepiento de todas mis faltas y pecados, y deseo de todo corazón no volver a cometer los mismos pecados,  para eso Señor te pido ayuda, ayúdame, a evitar cada ocasión de pecar, ven en mi auxilio y no me dejes caer en la tentación,  Gracias Señor por que luego de esta oración, puedo ir con alegría y prontitud a buscar un Sacerdote y terminar esta acción de confesión., Te alabo  mi Señor,  ahora puedo decir emocionado y de corazón,  Gracias, Dios, Gracias por tu infinita Bondad y Misericordia. Amen.