Abundancia

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

2da Corintios 9,6-8  “Acuérdense de esto: El que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, por que Dios ama al que da con alegría Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras”.
 
Si hay algo que muchos de nosotros haríamos, si  fuéramos lectores asiduos de la Biblia, estoy muy seguro que muchos de nosotros al llegar a 2da Corintios  nos saltaríamos el capitulo 9, que nos recuerda  poner en practica,   la palabra quizás mas corta pero con un gran significado, la palabra mas corta pero que puesta en acción se transforma en una palabra mas larga  que la mayoría de nosotros necesitamos la cual es la Abundancia.
Me refiero precisamente a lo que nos dice la escritura, y la palabra es DAR,  que sencilla no le parece pero que  difícil es llevarla a la práctica.  
Muy claro es el Señor cuando nos dice: el que siembra poco, poco cosecha y el que siembra mucho, mucho cosecha, o en otras palabras el que “aprende DAR tiene en ABUNDANCIA”
A veces  nos quejamos por la carencia de muchas cosas ya sean materiales, físicas o espirituales,  pero  gran parte de esta carencia es debido a que hemos sembrado poco, no hemos dado nada para el Reino de Dios.
Dicen que un hombre que era egoísta y  demasiado “Tacaño” en lo referente a dar limosna a los pobres, dar limosna el domingo en la misa,  y tacaño para dedicar tiempo para el Reino de Dios.  Una noche tiene un extraño sueño,  Tacañin sueña que había muerto y que se encontraba en la puerta de entrada al cielo junto a San Pedro el cual pregunta a Tacañin:
¿Quieres entrar al cielo?
¿Qué hiciste de bueno en la tierra para que entres al cielo?
¿Dime cuanto diste para la iglesia? ¿Qué tiempo invertiste para el reino de Dios?
-Y dice que Tacañin, trata de recordar las buenas obras que había hecho cuando estaba en la tierra,  y piensa, piensa y no logra recordar.
Mientras tanto San Pedro, le dice que su tiempo y su paciencia se agotaban.
Entonces Tacañin recuerda que un domingo que asistió a la misa,  dio  1 dólar en la colecta. Y otro día también que iba por la calle al ver a un mendigo le regalo 2 dólares.
Y San Pedro, al escuchar la generosidad de Tacañin,  que había regalado 3 dólares. Pregunta nuevamente.
¿Qué más diste Tacañin?  ¿Diste algo más, invertiste algo más en el reino de Dios?
Y Tacañin se queda callado y dice, solo eso di ¿será que ahora puedo entrar al cielo?
Luego de pensar un rato, San Pedro dice.  No y  no,  luego llama a su secretario  Marcos y le dice:  Marcos  tráeme  3 dólares  del “banco celestial”,   y dirigiéndose a Tacañin le dice:
- Aquí tienes los  3 dólares que diste en toda tu vida,  te los devolvemos,   y mejor si te vas con ellos a otro lugar, fabricate otro paraíso con 3 dólares,  vete, por que aquí no entras y le cierran las puertas.
Tacañin después de esa pesadilla despierta asustado, piensa, analiza su vida y empieza a DAR, más de su dinero y tiempo para el reino de Dios…
Que les parece esta historia de Tacañin. (Cualquier parecido a nuestra vida es solo coincidencia).
Acuérdense de esto: El que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, por que Dios ama al que da con alegría, nos dice la escritura.
En lo personal  hablo, no por ciencia sino por experiencia,  Dios me ha regalado muchas cosas, tanto materiales como también espirituales,  a medida que aumento mi tiempo e inversión en el Reino de Dios, Dios ha aumentado su generosidad con mi persona y con toda mi familia. 
Muchos de ustedes al leer este mensaje quizás piensen en ayudar a la iglesia,  Adelante hermano, empiece a sembrar,  para poder cosechar,    cada uno de nosotros tiene alguna semilla que puede cultivar, algunos tienen dinero, pueden dar algo para la iglesia, otros tienen ropa y algunas cosas que no usan, pueden regalarlo a los mas pobres e indigentes, y si no tienen bienes materiales, pues no se olviden que tienen, tiempo, mucho tiempo, 24 horas diarias de vida,  regalen algo de su tiempo, dediquen algo de su tiempo visitando a los enfermos, a los que están en la cárcel,  y si no puede ir tan lejos, visite a sus amigos, familiares, regale y de una palabra de Esperanza, comparta con los demás el amor, la alegría, La Fe,  y sobre todo de y regale a los demás: La Gran noticia, la Buena Nueva,   Jesucristo el Señor, vino para darnos Vida, Vida en Abundancia y Vida Eterna.  Gloria a Dios Amen.