Milagros olvidados

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

Un pescador que no asistía mucho tiempo a la iglesia, estaba en medio del mar con tres amigos que eran ateos, todos juntos estaban disfrutando de la pesca en una pequeña embarcación, cuando de pronto el cielo se nublo, y empezó una tormenta, empezó a caer la lluvia y el viento soplaba con ímpetu, a tal punto que amenazaba con volcar el barco en el que se encontraban.

Uno de los ateos empezó a temblar de miedo; ¡vamos a morir! Decía. El otro mas asustado aun gritaba ¡Auxilio! ¡Socorro!. Todos estaban temerosos y temblando de miedo. 

Cuando de pronto uno de los “ateos” se acuerda que uno de ellos era “Católico Cristiano”, Oye tu le dice a su amigo: 

-Tu que eres creyente y tienes fe en Dios, por que no le pides que nos de una “ayudita”, pídele a tu creador que nos auxilie, haz una ORACION.

Dionisio, era el nombre de nuestro particular creyente. El responde:

-Saben que con mucho gusto le pediría a Dios que nos ayudase, pero creo que en vano me piden que yo ore pidiendo ayuda, pues hace como 7 años que no voy a misa hacen como 7 años que no leo la Biblia, hacen como 7 años que no ORO. 

- Sus amigos ateos, a una sola voz insistieron:

- Mira nada pierdes, con intentarlo, pues de todas formas estamos al borde de la muerte y solo un “Milagro” podrá salvarnos (la tormenta y el viento aumentaban cada vez mas y mas).

Esta bien dice Dionisio y hace la siguiente Oración:

“Señor, Padre, Dios mió, mira como estamos en estos momentos, al borde de la muerte, Usted sabe mi Dios querido que ¡YO! En 7 años no he ido a misa, en 7 años no lei la Biblia, en 7 años no he hecho ni una oración, en fin para no cansarlo mi Dios, le digo que en 7 años no le he PEDIDO NADA, pues ahora por su Hijo Jesucristo le pido que nos salve de la muerte y YO LE PROMETO QUE EN OTROS 7 AÑOS VUELVO A MOLESTARLO… 


En muchos momentos de nuestra vida nos encontramos como “Dionisio” en situaciones difíciles, 

los problemas van y vienen , 

las dificultades se multiplican,

la enfermedad parece incurable,

en fin parece que ya no hay solución a nuestras vicisitudes, pareciera como si el dolor, y sufrimiento acabará con nosotros, y al vernos al borde del abismo, actuamos como “Dionisio” y le decimos al Señor, por favor, ¡Auxilio! ¡Socorro! Sálvame, ya no puedo mas, si me sacas de este problema te prometo esto, te prometo lo otro, me voy a portar bien, voy a ir a la misa todos los domingos, te voy a seguir Señor, voy a servirte… Y el Señor en la mayoría de los casos atiende nuestras suplicas, y nos saca del fondo del abismo, nos pone sobre la roca firme, y nos da un canto nuevo( Salmo 40,2-3). Pero pasa la tormenta, paso el susto, paso el dolor, se acabo el sufrimiento, finalizo el tormento, y nosotros nos olvidamos de El, nos olvidamos de las promesas, y actuamos nuevamente como si El no existiera, lo eliminamos de nuestro corazón y nuestro diario vivir, en otras palabras le decimos como “Dionisio”:

NO TE VUELVO A MOLESTAR DURANTE 7 AÑOS… por que ahora ya no hay tormenta, ahora ya paso el peligro, soy feliz, no te necesito por ahora, cuando este en problemas te vuelvo a molestar, Chau.


Estimado amigo (a) que lees esta reflexión, acuérdate siempre de tu creador, recuerda que un DIA el te ayudo, el te auxilio, vino en tu socorro, cuando estabas en problemas, cuando estabas deprimido, cuando ya no había ninguna salida, Jesucristo vino, te ayudo, te dio una nueva vida, te saco del fango; no tienes por que olvidarte en ningún momento de El, no PUEDES VIVIR SIN EL, pues si lo haces, nada raro que en cualquier momento nuevamente estés pidiéndole, suplicándole te ayude, y como decía un Santo:

“Tengo miedo de Jesús que hoy pasa y me llama, tengo miedo no escuchar su voz, su llamado, por que pueda ser que mañana pase y ya no me llame..”

“PIDAN y Dios les DARA; busquen y encontraràn ; llamen a la puerta, y se les abrirà. Porque el que PIDE, RECIBE, y el que busca encuentra; y al que llama a la puerta se le abre” (San mateo 7,7)


Oración: 

Padre amado, hoy vengo ante ti reconociendo mis faltas, acepto Señor que muchas veces tu me ayudaste, me sacaste del peligro, me liberaste de la muerte, Señor, muchas, innumerables veces contestases mis suplicas, pero he cometido el error de olvidarme de todo lo que tu has hecho por mi, cuando todo iba bien en mi vida, yo me he olvidado de ti, no te he molestado, no me he acordado de ti. Pero nuevamente estoy aquí señor en peligro, nuevamente estoy en problemas, en dificultades tu conoces mas que mi, la debilidad que tengo, Señor en el nombre de Jesús te suplico, te imploro, nuevamente por una oportunidad mas, regálame Señor una nueva oportunidad, dame fuerzas para seguir, ¡AYUDAME! ¡LEVANTAME! ¡SANAME SEÑOR!, Gracias Señor por que se que tu me amas, por que creo en mi corazón que hoy empezare una nueva vida, tengo fe que me darás un canto nuevo, para alabarte y servirte hoy, mañana y por toda la eternidad Gracias Padre, Gracias Hijo, Gracias Espíritu Santo. Amen.