Alegría en la fidelidad con los otros

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

Nuestra condición de seres sociables hace que no podamos prescindir en nuestra vida de otras personas.

La impasibilidad, que en nosotros produce el materialismo, lleva consigo una insatisfacción, como fruto de una falta de realización personal.

No podemos ser felices mientras tengamos culpa de que otros no lo sean. Nuestra alegría se enturbiará con los pesares y calamidades de otras personas.

·   La fidelidad a la palabra dada denota en nosotros nuestra honradez, y esto lucha contra el oportunismo con el que muchos quieren medrar, llevando consigo un respeto a los derechos de los otros.

·   La fidelidad a la verdad nos impulsa a no adular a las personas, como excelentes admiradores, ni tampoco a criticarlas a sus espaldas, como rastreros roedores llevados muchas veces por la envidia.

·   La fidelidad a la amistad, a pesar de los vaivenes que al quieren zarandear, nos hará echar unas raíces más profundas en nuestro aprecio y amor mutuo.

La fidelidad es consecuencia de unos criterios que tenemos, y de un esfuerzo de la voluntad. Todo esto supone un autodominio, generosidad, una comprensión de los demás, una bondad, una confianza, que se acompañan siempre de alegría, pues, todas estas virtudes son fruto del Espíritu Santo como nos dice San Pablo en Gal. 5, 22-23.