Dios fuente de alegría

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

La experiencia es una fuente de conocimiento, que nos da una garantía vivencial.

El anhelo de felicidad con el que nacemos no se satisface plenamente con la posesión y disfrute de cosas, ni tampoco con el amor de las personas, que nos rodean o que consideramos amigos; siempre encontramos una capacidad insatisfecha bien sea por la calidad, cantidad o duración del bien que poseemos.

Nuestra relación amistosa con Dios nos llena de verdad nuestra capacidad de felicidad, si lo vivimos de una manera consciente, sin que esto quiera decir que nos salga todo a pedir de boca, y que desterremos de nosotros  cualquier preocupación, molestia o enfermedad.

Si el cielo es la consecución de la máxima felicidad, poseyendo a Dios, esto mismo podemos conseguir en la tierra, salvando algunas distancias, viviendo en paz y amistad con Dios.

En cualquier momento de nuestra vida encontramos en Dios una paz y tranquilidad, que nada ni nadie nos puede proporcionar.

·   Si miramos el pasado tal vez nos turbe la paz el recuerdo de algo que hemos hecho, pero pronto viene a nosotros la tranquilidad apoyados en el perdón, que Dios nos ha proporcionado.

·   Si el presente nos angustia con sus luchas, tentaciones y dificultades, encontramos serenidad en la fidelidad de Dios, que siempre cumple su palabra y nunca nos abandona.

·   Si el futuro, incierto a veces, nos quiere turbar, alegando la duda de si todo lo que hemos hecho no nos servirá para nada, queda afianzado con garantía de verdad, basados en la inmutabilidad y amor eterno de Dios, quien nos ha creado para que seamos felices con Él, pues, sólo en Él encontramos la auténtica y perenne alegría, pues, como nos dice el Salmo 142,6: “Tengo sed de Ti como tierra reseca”.