La alegría al alcance de todos

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

La mayoría de la gente tiene un concepto negativo  de la vida, se fijan en el dolor, la injusticia, las calamidades y miserias. Es verdad que todo esto existe, peor hay también un contrapeso muy interesante que no podemos olvidar: Existencia, salud, bienestar, bondad, alegrías...

¿Por qué no nos fijamos más en lo positivo que tenemos en nuestra vida? No todos pueden disfrutar de bienes materiales que proporcionan cierta clase de alegría, que no hay que despreciar. No todos gozan de salud, elemento primordial  para un bienestar material.

Si hay alegrías fruto de bienes temporales que no todos pueden disfrutar, si hay una ALEGRÍA, fruto del mayor bien espiritual que está al alcance de todas las personas, ya que para disfrutar de ella no hace falta otra cosa que querer, pues, la pueden tener el rico y el pobre,  el sano y el enfermo, el anciano y el niño, el intelectual y el ignorante, le hombre y la mujer. La Alegría a la que nos referimos es a la que es fruto de la gracia, de la amistad de Dios. Todos podemos y debemos estar en gracia, ya que Dios no se la niega al que de verdad la quiere.

La alegría que todos podemos conseguir y disfrutar, la que todos podemos poseer y nadie, ni nosotros no queremos, nos la puede arrebatar es la Alegría cuya propiedad tiene Dios y en exclusiva la gozan los que le aman.

Para disfrutar de esta alegría debemos de cumplir el siguiente decálogo:  

1.   Vivir en gracia de Dios.

2.   Ser optimista.

3.   Hacer  fructificar en otros la alegría.

4.   Desechar la envidia, tristeza, ocio.

5.   Ver la providencia paternal de Dios en todas las cosas.

6.   Vivir sin regateos la propia vocación.

7.   Alegrarse para no pecar.

8.    Saber que la Alegría es propiedad de Dios y de sus hijos.

9.   Saber que la Alegría no se compra con el pecado.

10.       Acogerse a María, “Causa de nuestra Alegría”.