Estrena la alegría de vivir

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

La rutina de hacer y ver todos los días las mismas cosas no nos hace caer en la cuenta de que hay mucha belleza alrededor, de que tenemos nosotros todos los días  algo irrepetible, que debemos conocer y gozar.

Desde el primer momento en que somos conscientes al despertarnos hasta que nos quedamos dormidos ¿De cuántas cosas no disfrutamos, debiendo ser cada una de ellas motivo de que estemos alegres?

Nuestra condición de personas nos tiene que hacer descubrir lo bueno y lo bello que encierra cada uno de los aconteceres diarios. En las acciones más triviales y en las más sublimes nosotros podemos profundizar y ver lo positivo, que tiene cada una de ellas y que en mí debe producir  una alegría.

Veamos algunos ejemplos: ¿No hemos de estar alegres porque vivimos, porque podemos razonar, pensar y querer; porque hay personas que luchan cada día por ser mejores; porque podemos amar a Dios y concretizar nuestro amor hacia Él, amando al prójimo; porque hay muchos profesionales en el engranaje de la sociedad, que me ayudan a realizarse? Muchas cosas tenemos y no las estrenamos, las riquezas de la vida son abundantes y tristemente tenemos que esperar a perderlas para valorarlas, como nos sucede muchas veces con la salud, hasta que no estamos enfermos, no nos damos cuenta de la riqueza que lleva consigo el estar sanos.

A veces se busca la fuente de la alegría en cosas que son caras de conseguir, por ejemplo, el dinero, T.V. en color, etc... y no nos damos cuenta de que está en nosotros la fuente de la alegría: el saber descubrir en cada momento de la vida lo positivo y bello que encierra. Gastamos tal vez nuestras energías en conseguir cosas, y no hemos explotado los filones de alegría que en nuestro interior tenemos.

Contra la enfermedad del aburrimiento tenemos a nuestro alcance el poder descubrir todas las bellezas, que Dios ha derramado en nosotros y en nuestro alrededor, hemos de ser conscientes de ello y así poder estrenar todos los días la alegría de vivir.