Brindemos alegría

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

Nuestra condición de personas sociables nos lleva aprestar nuestros servicios a los demás.

Depende de la actitud que tomemos ante las personas para conocer el material que les ofrecemos.

Si nuestra actitud es egoísta, no podemos ofrecer amor.

Si somos rencorosos, no podemos brindar paz.

Si somos perezosos, no proporcionaremos dicha.

Si somos impuros, no invitaremos a la grande y noble.

Si somos cobardes, no arrastraremos a los demás hacia el bien.

Si somos pesimistas, no nos percataremos de las bellezas, que nos rodean.

Si estamos tristes, ofreceremos sólo lo duro y triste de la vida.

Compartimos con todas sus consecuencias lo que nosotros estemos viviendo.

El amor hará que nos esforcemos en ofrecer a los que nos rodean todo el bien que nos sea posible, evitando lo que esté a nuestro alcance y ocasione daño o tristeza a los otros, proporcionándoles todo aquello que sea positivo, bello, verdadero, aunque duro a veces.

El servicio que prestamos a los demás.

          Al trabajar con alegría.

          Al sonreír sin hipocresía.

          Al amar sinceramente.

          Al esperar con ilusión.

          Al esperar con ilusión.

          Al permanecer en la lucha ordinaria.

          Al esforzarnos por cumplir con el deber.       

          Al disminuir tensiones.

          Al vencer obstáculos.

Es algo que les proporciona una paz y alegría con ánimo de imitación.

Sirve con alegría el que ama, si quienes nos rodea nos brindan alegría, es porque nos aman. Entre tantas cosas que podemos ofrecer, escojamos lo bueno, limpio, ejemplar. No ofrezcamos un manojo de ortigas, sino un ramo de flores, aunque algunas tengan espinas.

 

 

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