Alegría, porque estrenamos

Autor: Padre Tomás Rodriguez

 

 

¡Feliz Año Nuevo! Esta frase la hemos oído muchas veces y la hemos repetido nosotros en estos días.

Cuando tenemos un futuro por delante no sabemos con certeza lo que nos espera y según nuestra inclinación al pesimismo y optimismo prejuzgamos lo que será. Como siempre queremos el bien para nosotros y para las personas a las que amamos, cuando algo no depende totalmente de nuestra voluntad, al menos manifestamos el deseo de que lo que va a venir sea para bien, por eso ante un año que estrenamos, queremos exteriorizar a nuestros amigos y conocidos los deseos de felicidad, expresándoles de esta manera que si de nosotros dependiera no les faltaría el bien, la felicidad, la alegría.

¿Siempre que repetimos ¡Feliz Año Nuevo! Reflejan nuestras palabras los deseos que entrañan? Puede ser que de una manera rutinaria manifiesten parte del bien que una persona puede disfrutar. Como el materialismo nos invade por todas partes, tal vez en nuestra mente está el deseo de bienes materiales y no tenemos presente que el hombre busca la felicidad plena, la alegría completa en la posesión de todos los bienes que pueda disfrutar, no sólo los materiales, sino también, y en primer lugar por  la jerarquía de valores, los bienes espirituales. Por eso nuestro deseo de felicidad para que sea completo debe de abarcar a satisfacer todas las capacidades que tiene el hombre.

Cuando estrenamos algo no sabemos lo que nos durará, ni el final que tendrá; lo único que se nos pide es que disfrutemos de ello mientras lo poseemos. Un año se nos abre por delante, no sabemos si lo vamos a terminar, ni cómo  será, lo que sí se nos pide es que disfrutemos de él en el momento presente. Disfrute que para que sea completo debe de abarcar todas las dimensiones del hombre y entre ellas está la religiosa.

Ante un nuevo año que se nos brinda hemos de tener optimismo, responsabilidad y siempre alegría, pues, sabemos que se nos da para que labremos nuestra futura felicidad.

 

 

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