Un consejo: ¡atrévete a Amar!

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

Hace unas horas, recibí por mail, un pequeño escrito cuyo título era “un consejo: ¡enamórate!”. Aunque el contenido no era del todo malo, la palabra “enamorarse”, el significado tan finito, poco duradero y nada trascendente de “enamoramiento”, echó por tierra un mensaje que podría haber sido bueno.

“Enamorarse”, es el paso menos sublime, más carnal y físico, menos espiritual e integral del querer a alguien. Ciertamente es una experiencia hermosísima, emocionante y muy vibrante el “enamorarse”; sentir maripositas en la panza; sentir que el corazón late a 1000 por hora; sentir que el alma se nos sale del cuerpo; sentir que un simple roce con aquel de quien estamos enamorados, produce chispas y energía en el cuerpo y el espíritu. Es cierto, “estar enamorado” es algo mágico, pero la magia se extingue, se evapora y solo queda lo REAL.

La vida, no está hecha de magia, tiene instantes de magia que la tornan divertida, agradable, sorpresiva, variada. Pero la vida, la AUTENTICA vida, está hecha de MILAGROS, y el primero y más grande milagro de la existencia humana, es el milagro del Amor, sin el cual, no habría vida, porque Dios nos amó antes de crearnos.

¿Cómo podría vivir la Madre Teresa de Calcuta con enfermos de lepra, sida y cáncer? ¿Y que me dices de Juan Pablo II arriesgando su vida por judíos que no conocía? ¿Y Santa Rita de Casia cuidando un marido golpeador macho y ateo? ¿Y Santa Mónica conviviendo con un marido que no la entendía y con un hijo que la engañaba y la abandonaba? ¿Y esas mujeres y hombres de HOY, que donan y sacrifican el “sentir” por el “ser” propio y de su familia? ¿Y qué decir de una madre con ascos, mareos, dolores, contracciones, sangrados que incluso ponen su vida en riesgo por dar la vida a otro?

Yo te pido algo diferente: ¡Atrévete a Amar!

Amar no es un “estado catatónico de enamoramiento”, Amar es la esencia de la persona, que nos lleva a SER más y mejores, nos lleva a DAR ese Amor, a emanar paz, tranquilidad, alegría, felicidad, aún en los momentos más difíciles y dolorosos.

Enamorarse… cosa pasajera, linda pero que se esfuma. Ve más allá, dale fundamento, sustancia y esencia. Ama más allá del dolor, del sacrificio, de la entrega de la propia vida: AMA entregandoTE a Dios, a tú Patria, a tus valores e ideales, y esto lo reflejarás necesariamente en el Amar a quienes te rodean.

El Amor no es una pasión o un sentimiento, es la esencia del ser humano, esta esencia es espiritual y trascendente, es infinita y eterna, la fuente de toda persona es Dios Amor, por ello, todo auténtico Amor humano, debe estar atado y fundamentado en su raíz y fuente: Lo trascendente, Dios – Amor, sino, no es Amor.

No juegues a decir que Amas cuando simplemente estás “enamorado”, pues el enamoramiento es como la niebla y el humo: con un poquito de viento se van, eso es fugaz, vano, inestable. Mientras que el Amor, es lo más sólido que puede tener una persona en su vida.

Sí, la Madre Teresa sabía AMAR sin sentir maripositas, Juan Pablo II, AMO al grado de exponer su vida por los judíos, Santa Rita y Santa Mónica AMABAN a tal grado a Dios y a su familia, que no solamente “soportaron”, sino que abrazaron su vida con pasión y Amor infinito, bordando con ello un ejemplo deslumbrante de auténtico Amor.

Día a día, millones de personas no “sienten bonito” al Amar en plenitud, sin embargo, aún en el dolor, son plenas, felices y están en paz consigo mismas y con Dios, han aprendido cual es el secreto del ARTE de AMAR.

Amar es decidir Amar; Amar es tener la voluntad de Amar; Amar es una decisión, es una promesa, es un compromiso libre. Amar no es un sentimiento fugaz o cambiante, es un acto esencial del ser humano que decide como demostrar ese Amor a cada persona que le rodea, y de que manera amarla para su bien SER y bien ESTAR.

Amar cuesta, duele, lastima, pesa en ocasiones, siempre es una meta y un reto: esa es la esencia del Amor. Con el Amor transformamos nuestra vida y la de quienes nos rodean, ese es el poder del Amor.

Si te cuesta trabajo pensar y vivir el Amor, solo recuerda la manifestación de Amor más grande y trascendente de la historia: el Amor de Cristo que entrega su vida, hasta su última gota de sangre por todos y cada uno de las personas de este mundo. El es el Amor, la base y fuente del Amor. El, mejor que nadie, te enseñará a Amar con la trascendencia y la fuerza del auténtico y verdadero Amor.

Un consejo: ¡Atrévete a Amar!, y con el Amor a tu Dios, a tu Patria, y a la gente más próxima a ti, bordarás en tu vida y en la vida de los demás, una auténtica obra de Arte, ¡Atrévete a Amar!, y a producir en tu vida y en la vida de los demás, el milagro, no magia perenne, sino el milagro de la felicidad, la trascendencia y la paz.