¿Porque no nos atrevemos a decir te quiero?

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

Este sábado, asistí a una fiesta infantil y estuve observando a los niños, es maravilloso observar la llaneza, la sinceridad, la honestidad, la transparencia, que tienen y manifiestan. En ellos no hay doblez, en ellos no hay angustia, no tienen por que poner cara de quedar bien con alguien o no. SIMPLEMENTE son como son y expresan lo que sienten sin miedo, sin cobardía, sin recelos.  

¡Mami te amo!... es tan hermoso oír esas palabras, es tan trascendente e inmenso lo que una madre siente al oír a su hijo, a su hija decirle ¡¡te amo!!, que no hay manera de expresarlo de una manera plena y objetiva  

En cambio, los adultos somos muy complicados. No se duda en absoluto que en una familia los padres quieran a los hijos y viceversa,  que quieran  a los abuelos, a los amigos, a los primos... ¿pero quien se atreve a decirlo?  

Cada vez que reflexiono sobre este tema, se me viene a la cabeza, una de las manifestaciones más hermosas de amor que hay no solamente para los católicos sino para el mundo entero: la imagen de Juan Evangelista, recargado en el pecho de Jesús y autonombrándose en su Evangelio como el Discípulo Amado.  

El amor en el sentido más pleno y trascendente del término, va mucho más allá de un sentimiento sensible, de un querer abrazar a alguien o de querer estar con alguien, es algo más radical, es infinito e indescriptible, amar es ser capaz de dar la vida por alguien, es querer el bien del otro incluso por encima del propio, es dar cualquier cosa por la felicidad del ser amado, es sacrificio, entrega, servicio, dolor, plenitud... es eternidad.  

El amor no se da solo  en una relación de pareja, aunque ciertamente ésta debía ser el modelo de amor para el resto de las relaciones, dada la trascendencia que la unión conyugal implica.  

El amor entre esposos es la fuente de la cual se alimentarán los hijos, y quienes los rodeen también. La ternura de la esposa con el esposo, la entrega del esposo hacia su familia y a hacia su mujer, la pasión que ambos destilen hacia su misión, hacia su vida de pareja, hacia la educación de sus hijos, esa y solamente esa, será la base emocional que los hijos asimilarán y de la cual aprenderán a amar o no.  

No basta en la vida ser "monos" y "cumplir como esposos" si no se hace con todo el ser en cada instante, si no se fomenta esa entrega en cada detalle. Se debe buscar  la entrega apasionada por el amor, por la vida, por la educación, por el testimonio, desde el ámbito más privado del matrimonio, hasta el más externo, como fuente de congruencia. Se debe vivir com pasión, para poder vivir en plenitud, y si no se vive así, se le está evitando al cónyuge y a los hijos vivir la vida con la grandeza  con la cual merece ser vivida, por ser el primero de los regalos que Dios nos ha dado.  

Así mismo se puede decir de las relaciones con los papás, ¿cuanto tiempo tienes de no decirle a tu padre, a tu madre "te amo" "te quiero"?... ¡cuantas veces he escuchado lamentos frente al féretro!, si yo les hubiera dicho lo que les quería... pues si, pero ya no hay tiempo, y por eso recordamos esa frase tan común y tan desgastada a la vez: en vida, hermano, en vida...  

¿Y con tus amigos? ¿de verdad les manifiestas tu cariño, tu amor de amistad? ¿eres capaz de decirles te quiero amigo? ¿tienes idea de lo que una frase así puede consolidar una relación humana? no es lo mismo imaginarse que el amigo nos quiere, a que nos lo diga y nos lo demuestre, porque de buenas intenciones como decía mi abuelita, están empedrados los infiernos, pero de amor auténtico, de amor verdadero mostrado y demostrado con palabras y obras, se puede empedrar el cielo.  

¡Es que no me educaron así! Es que uno se educa diariamente, es que el sentir el amor y el manifestar el amor en su máxima y más profunda expresión y significado nos sublima como seres humanos, la persona es producto del amor, y debe vivir y realizarse en el amor, pero no en un amor eterno, sino en un amor palpable, realizable, visible, demostrable y por lo tanto, no debe tener vergüenza de decirle a quienes quiere y ama: ¡te amo!  

Te invito a que no pierdas más tiempo, a que no te dejes guardado todo lo que sientes , a que lo expreses, a que lo demuestres y a que lo vivas... así como tu hija,  así como tu sobrino que llegan sin tapujos, sin complejos, sin tabúes y te dicen: te quiero, así, con la sencillez y la hermosura de un niño dile a quien amas: TE AMO  

¿Sabes? a veces el amor para ser bien demostrado debe ser bien sufrido, por las circunstancias de la vida, por los sacrificios que el amor a veces nos exige, pero no dejes nunca de decirle a tu familia, a tus amigos, lo que sientes por ellos eso mismo te dará la fortaleza y la retroalimentación, para seguir adelante en tu lucha de entrega, servicio, dolor y gozo... a fin de cuentas: felicidad  e infinito.