Madre, tu nombre es Amor

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

¿Te has puesto a pensar la maravilla, el milagro que es la concepción de cada ser humano? Un nuevo tesoro en este mundo…

 

De dos células diferentes, independientes, de dos personas distintas, al unirse, al fundirse, se realiza un milagro: se forma un nuevo ser humano, absolutamente diferente a las dos células que le dieron origen.

 

La vida comienza desde el instante mismo de la concepción, y es también desde ese preciso momento, cuando comienza la educación de la persona, del hombre o mujer, que en el futuro tomará decisiones y realizará acciones trascendentes para su entorno, quizás su Patria o el mundo entero.

 

La mujer, la madre, juega un papel decisivo en la formación de la  personalidad de su hijo, “sus instrumentos son sus propios pensamientos y sentimientos, y con ellos tiene oportunidad de crear una persona favorecida con más ventajas de lo que se ha creído posible hasta ahora” (Verney y Kelly)

 

En efecto, la educación comienza en el seno materno. El nuevo ser humano no tiene un sistema de defensa como el adulto, para discriminar o seleccionar lo que le sirve o lo que no, el solamente absorbe y asimila, todo lo afecta para bien o para mal directamente.

 

La vida del nuevo ser humano, depende de su madre y a la vez es independiente. Es en el vientre materno, donde tú empezaste a formarte, comenzando con  los primeros hábitos alimenticios, la comida que te gusta o que te desagrada, si comes mucho o poco, si tienes alguna preferencia o no. Es maravilloso ver la reacción de un fetito, cuando la madre consume un alimento amargo, y el lo toma por el líquido amniótico, todo eso va formando sus preferencias.

 

El Dr. John Kelly, en 1984, presintiendo la sensibilidad inmensa de cada bebé, pidió a una madre fumadora, que fumara un cigarro mientras el observaba por el ultrasonido al niño.  El bebé antes de que la madre comenzara a fumar, con el solo presentimiento por la actitud de la madre de lo que iba a suceder, comenzó a agitarse furiosamente… solo tenía 4 meses, pero le faltaba el oxígeno con el cigarro, y eso lo percibía y le afectaba, por lo tanto reaccionaba como pidiendo auxilio.

 

Tú, desde chiquitito, percibías la felicidad, la angustia, el deseo o el rechazo y también lo manifestabas de la misma manera. Un bebé deseado, es más tranquilo, juguetón, aun en el vientre materno; un bebé rechazado es nervioso, llorón, bajo de peso. Todo esto irá configurando el carácter de la nueva personita, su sensibilidad, su disposición y su forma de ver la vida.

 

Se ha comprobado, por medio de diversos estudios, que el bebé tiene memoria activa a partir del cuarto mes, en que ya reconoce la voz de papá, de hermanos y reacciona ante cada uno de ellos de manera diferenciada. Desde entonces sabías como te tratarían tus hermanos, tu papá, las personas más próximas a tu madre, pero sobre todo, sabía como reaccionaría mamá ante distintas circunstancias, pues la conocías mejor que nadie, sentías sus vibraciones más profundas.

 

El Dr. Peter Fedor-Freybergh, vivió una experiencia que lo impactó. Una recién nacida no quería tomar leche de su madre, el Doctor la acercó a otras señoras y de ellas si tomaba, la madre soltó el llanto y confesó que había estado a punto de abortar porque no quería a la niña… La niña lo sintió a tal grado que costó años que pudiera aceptar o sonreír a su madre. Esta es la importancia de amar, aceptar, acoger al hijo desde el instante de la concepción, pues todo esto marca la vida en un sentido o en otro.

 

La comunicación madre e hijo, a lo  largo de toda la vida, pero principalmente en el embarazo, marca la vida futura… sólo imagínate que 9 meses te quedes encerrado en una habitación, sin estímulos emocionales o intelectuales… ese es el mayor reto del embarazo, y la madre tiene todos los dones para vencerlo y convertirlo en una fuente de amor y de seguridad para su hijo.

 

Y luego el parto, el dolor, las contracciones, el hospital, la vida en riesgo, y a ella, nada le importa, mas que su hijo esté bien, a salvo… por fin nace, una sonrisa, una lágrima, una caricia a su carita… el dolor se ha olvidado, se ha ido, solo importa que el bebé, el hijo está bien, ha nacido, lo demás es lo de menos.

 

El día de la madre, es una extraordinaria oportunidad, para recordar, agradecer y valorar lo que nuestras madres hicieron por cada uno de nosotros desde la concepción… gracias mamá, porque si yo soy quien soy, es en gran medida por tu Amor, tu testimonio y tu guía…

 

Si el Amor tuviera nombre en este mundo, se llamaría Mamá. Sólo mamá es capaz de amar como ama, acoger, entregar, educar, sufrir, dar, a pesar de los pesares. Lo más maravilloso es que no se cuestiona, no hace cuentas de lo que ha dado o de lo que ha sufrido. Siempre le parece poco, insuficiente, siempre quisiera dar más y de manera más perfecta… solo ella, mamá, sabe amar de verdad, solo ella, mamá, es Amor hecho mujer.

 

Que Dios te bendiga madre, estés en este mundo o en el otro, pues eres la que con tu educación desde la concepción, ha forjado a los grandes hombres de nuestro tiempo, has forjado a este gran hombre que tiene cabeza fría, corazón de fuego y brazo de hierro, y que por lo tanto lucha por conocer la verdad, la ama con pasión y actúa con heroísmo. Eso, madre, tu se lo transmitiste desde tu vientre, desde el tabernáculo del Amor.

 

Todo gran hombre ha tenido una madre, todo gran hombre fue una pequeña mórula alguna vez, su madre le protegió y cuidó, no le negó el derecho a vivir, y esos grandes hombres han marcado la historia de muchas personas, la historia de su Patria, de la humanidad, han trascendido, han transformado la vida de millones de personas.

 

Eres tú, madre, la que con tu ejemplo, nos empujas al trabajo solidario, a la visión de largo plazo, a la meta trascendente. Eres tu la que enseñas a rezar, a reír, a gozar, a sublimar. Eres tu la que con tus pequeños grandes detalles, marcas la vida para siempre. Eres tú la que con una palabra, con una oración, logra que en el momento más difícil, en la prueba más terrible, la fe, la esperanza, el Amor, la Verdad, no tambaleen sino que salgan fortalecidas. Eres tu mamá, la que en los momentos más importantes de la vida, te haces presente por una caricia, un sueño, un dulce, una melodía. Eres tu mamá, la que acoge, levanta y empuja para seguir adelante a pesar de las caídas. Eres tu mamá, la que ilumina las tinieblas para que encontremos una salida cuando no logramos percibir ninguna. Eres tu mamá la que fortalece en la batalla con tu ejemplo y tu Amor infinito y sin condición… Eres tú, simplemente mamá…

 

Gracias mamá, que me educaste con Amor desde la concepción,  gracias a ti mujer embarazada, tabernáculo de la vida, cuna del futuro, cimiento del Amor, porque con tu ejemplo y tu congruencia, le das vida a la vida, le das luz al futuro, le das cuerpo al Amor.

 

“Te doy gracias mujer madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida”  Karol Wojtyla