Esculpir tu vida para ser mejor

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

¿Por qué Dios mío? ¿Por qué? ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué tanta angustia? ¿Por qué tanta soledad? ¿Por qué tanto miedo? ¿Por qué tanto vacío? ¿Por qué tanta debilidad? ¿Por qué tanta incomprensión? ¿Por qué tanto desamor?... ¿Por qué Dios mío? ¿por qué?

En la vida de todo ser humano hay momentos como éste, días, meses, años o una vida entera con esta sensación, con éste sentimiento, con éste dolor y vacío.

A primera vista no es entendible, todos los sentimientos que tenemos ciegan la razón, desgarran el corazón y bloquean la voluntad, y solo somos capaces de preguntar ¿Por qué Dios mío?

Hubo una vez una roca blanca, linda, diferente a las demás rocas, destacaba por su color, por su brillo... pero solo era eso, una roca.

Un día, un hombre con visión de largo plazo, descubrió aquella roca, la mandó sacar de donde estaba y la llevó a su taller.

Aquel hombre era escultor, comenzó a hacer planes con la roca... podría lijarla y hacer algo muy sencillo una bola de mármol. O podría cortarla y hacer un piso. Pero podía hacer algo mejor, podía tallarla, cortarla, lijarla, aunque doliera, aunque el esfuerzo hiciera que la roca sufriera y el también, y hacer así una obra de arte, símbolo de la perfección divina... fue entonces que Leonardo Da Vinci, eligió esculpir "La Piedad"

Así es la vida del hombre sobre la tierra, somos como esa roca en bruto, que puede ser eternamente una roca, o que puede convertirse en una obra de arte

¿El escultor? Dios utiliza diferentes medios, diversos cinceles y herramientas para ayudarnos a ser una obra de arte. La gente que más nos quiere, que más nos ama en el sentido más pleno de la palabra, es la que más nos puede ayudar a esculpirnos, para ser esa obra maestra que deje huella en la historia, en la familia, en la Patria.

QUien bien te quiere, te hará sufrir... hay sufrimientos que al parecer matan el alma, sin embargo, con el tiempo, uno se da cuenta de que el alma está más fortalecida, que ese golpeé de cincel y martillo rompió una parte de la roca, pero que ayudó a esculpir unas manos maravillosas para trabajar, una cabeza que quiere conocer el bien para poder hacerlo, un corazón que es capaz de amar contra todo y contra todos, entregando la vida, entregándose a si mismo, con tal fuerza y vehemencia que ama hasta que duele, porque en el dolor se prueba el amor.

La diferencia que tenemos nosotros con respecto a la roca, es que tenemos voluntad para aceptar ser esculpidos o no , es más, nosotros mismos nos vamos esculpiendo en cada palabra, en cada pensamiento, cada acción que realizamos

Los maravillosos cinceles que Dios usa para ayudarnos, ese amigo incondicional que busca que seas mejor, para que seas capaz de amar, de servir, de vivir, de ser feliz, ese amigo que aparentemente te hiere y te lastima, que te dice tus defectos, que te pone un alto cuando te equivocas, que sufre con tus tropiezos y se alegra con tus alegrías, ese amigo es el tesoro más grande que puedes tener, porque solo gracias a gente como el, tu eres capaz de salir de ti mismo, verte en un espejo, analizar tus cualidades para cuidarlas, pero para descubrir tus defectos para eliminarlos

Gracias a ese amigo descubres tu vocación a la trascendencia, a la eternidad, al infinito, descubres que la visión de corto plazo, el goce temporal es finito, se acaba, pero que la lucha, el sacrificio, la entrega, el amor y el dolor a largo plazo, son la única manera de vivir en paz, con Dios, con uno mismo, con los demás y por lo tanto alcanzar la limitada felicidad de éste mundo

Si hay dolor, mucho dolor en esta vida, pero cuando te vuelvas a preguntar ¿Por qué? ¿Por qué yo? recuerda que de ti depende que la escultura de tu vida, de tu alma, sea una obra de arte o una roca informe sin sentido... y cuando descubras a ese cincel que Dios usa como herramienta para esculpirte, a ese amigo instrumento de Dios, ámalo, agradécele, protéjelo, cuídalo, es el tesoro más grande que puedas tener, agradécele eternamente, pues es tu pasaporte a la trascendencia, al infinito, a la eternidad.
.