Día internacional de la mujer

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

 

La mujer, su actuación en la vida política, económica, social y familiar a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido muy variada. Podríamos hablar de la filosofía de algunos hombres acerca de las mujeres, sin embargo, lo que queremos resaltar, es como a pesar de los tabúes, paradigmas, limitaciones y discriminación sufrida por la mayoría de las mujeres desde la antigüedad, SIEMPRE ha habido grandes mujeres, dispuestas a dar y darse a pesar de las limitaciones, y han sido constructoras a la par que el hombre, de los grandes Imperios, civilizaciones y sociedades.

 

Los griegos, veían a la mujer como modelo de belleza y amor. Se consideraba que su trabajo era arreglarse, tocar la cítara o la flauta, hilar, tejer y danzar. En Roma, la mujer es incapaz pero indispensable, siempre separada del “gobierno” .

 

Para los judíos, la mujer fue una “posesión”. Hasta los 12 años, el papá era dueño de la niña, y después su marido. En casa tenían un rol fundamental, pero al salir, había que taparse la cara y caminar detrás del hombre. No se les enseñaba el Tora, porque no había que tirar la comida a los “puercos”.

 

Sin embargo, en el Antiguo Testamento, en los libros sagrados, no hay señal de discriminación por esencia, mas bien  era la debilidad del hombre y de la naturaleza humana, la que llevó a estos comportamientos: “Hombre y mujer los creó”, es decir, iguales en esencia y dignidad. Más claro no puede ser el Génesis. Tan es así que Edith, Raquel, Judith y Esther son piezas clave y fundamento del pueblo judío, no se puede entender la historia de Israel, sin las aportaciones de estas grandes mujeres

 

Con los inicios de la Cristiandad, la mujer fue sublimada al ser escogida la Madre de Cristo, María, Madre de toda la humanidad. Jesús “AMA” a la mujer, igual que al hombre, tan es así, que es amigo de Marta y María, conversa con la Samaritana, resucita al hijo de la viuda de Naim, acoge a María Magdalena, también es amigo de Juana la mujer de Cusa y de Susana. A las primeras que se aparece al resucitar es a las mujeres, y es a una mujer, su Madre, a quien encomienda a su obre “Madre, allí está tu hijo, Hijo, allí esta tu madre”. Es en María, su Madre, la Bendita del género humano,  donde Cristo muestra su profundo amor y el maravilloso significado de la vocación femenina.

 

San Pablo, en alguna de sus cartas (Cro I 14, 34-35), habla con el espíritu farisaico que dominaba su cultura, todo santo puede tener algún error, fue un exceso por un machismo dominante proveniente de una cultura judaica fruto de la debilidad humana. Sin embargo, la Iglesia a lo largo de su historia ha ido asumiendo los principios escritos en la Biblia, y modificando y rectificando las interpretaciones fallidas que los hombres le dieron, Juan Pablo II ha descrito con precisión el papel de la mujer a lo largo de la historia: “apoyo insustituible y una fuente de fuerza espiritual para los demás, que perciben la gran energía de su espíritu.  A estas “mujeres perfectas” deben mucho sus familias, y también las Naciones”

 

La mujer ha sido fundamental en la historia de la Iglesia, en su labor de religiosa, asistente de enfermos, pobres, en la catequesis, y hoy en día es ministro de la eucaristía.

 

En la Edad Media, de acuerdo con la clasificación de la mujer, es mejor o peor tratatada, si es reina, princesa o dama, virgen, viuda o casada, la mujer como regla general solo debe estar en casa y siempre bajo la mirada y autoridad de un hombre. Toda mujer es incapaz de mandarse o mandar, porque es un ser inferior al hombre, pues el hombre tiene la sabiduría y el don divino de la autoridad.

 

A la vez, no conciben los historiadores, el desarrollo de las cuidades medievales, sin la participación de la mujer, en negocios autónomos, agrícolas, comerciales, textiles,  en la docencia y sanidad, además de la música, danza, artesanía, joyería y vestimenta.

 

Fueron pocas las mujeres que destacaron pues había normas escritas que se los impedían aunque de hecho no sucediera así: “ninguna mujer está autorizada para ejercer una actividad artesanal, aunque esté tan capacitada para ello como un hombre “(Adrián Beier 1688)

 

Aun cuando hubo quien escribió “A la mujer no debe enseñársele a leer ni a escribir (Felipe de Novara) hubo quien si lo hizo (Hildegarda de Bingen S.XII, Hugeburca S.VIII, Beatriz de Nazareth S.XIII)

 

Las labores de la casa en esa época eran especialmente pesadas pues no había la técnica que ahora hay que aligera la carga tanto de aseo, como de ropa, como de alimentación

 

En el renacimiento, las familias pobres comenzaron a mandar a las niñas a trabajar en el campo, como servidumbre o en establecimientos, desde los 12 años hasta que se casaran. Comienza la actividad industria, y la mujer es contratada por pírricos salarios.

 

Comienza a haber escuelas para niñas, el primer lugar para educarlas es la casa, donde si eran ricas iba una institutriz a enseñar, otras son enviadas a conventos, o a internados femeninos. Aparecen las escuelas elementales para las clases medias, pero las campesinas o clase baja no tienen acceso a ellas. Las materias impartidas eran moral, religión, rudimentos de lecto escritura y matemáticas, costura y cocina.

 

La concepción sobre la mujer era “si es cierto que el privilegio de la mujer es la belleza, y si la razón no se da de una vez para siempre, sino que debe cultivarse, entonces la mujer no puede poseer al mismo tiempo la belleza que dura tan poco, y la razón tan lenta en constituirse” (Montesquieu, Espíritu de las leyes).

 

Hay grandes mujeres gobernantes, como Catalina de Rusia, Isabel la Católica, Maria Teresa de Asturias. Aumenta el número de mujeres escritoras que comienzan a abordar todo tipo de géneros, y por ello la mujer comienza  a exigir su lugar en la sociedad.

 

Con la conquista de América, pocas mujeres blancas llegan al Continente, los españoles comienzan a procrear y hacer familias con las indígenas, las cuales vivían sometidas con algunas excepciones (Malinche), pero con el mestizaje, la indígena comenzó a ser tratada de mejor manera.

 

En España, a la par, la mujer adquiere un poder social mas renombrado al constituirse en “Mater familias” pues el hombre estaba en las Américas, ellas vigilaban sus jurisdicciones, inspeccionaban criadas y empleados, administraban sus bienes, los pleitos, cuidaban la paz y el orden social y a la vez eran madres y esposas.

 

En el S. XIX Jules Simón escribió “una mujer que trabaja ya no es mujer”, sin embargo la mujer debido a la Revolución industrial, estuvo más activa que nunca, así  como también el cuestionamiento de la “licitud o no“ de su trabajo fue tema polémico.

 

Antes, los lugares de trabajo se adaptaban y compaginaban con el hogar (talleres, comercios…) Sin embargo, las fábricas en esta época, comenzaron a asentarse lejos de casa, los medios de transporte eran lentos, los horarios de la escuela breves y por si fuera poco, no había ayuda doméstica para la clase media y baja, ni aparatos, ni gente que hiciera el trabajo doméstico o lo facilitara.

 

Así comenzó a crearse la disyuntiva, o trabajo o casa. Por otro lado, comenzó a pagarse menos a la mujer por el mismo trabajo, debido a las “diferencias físicas, productivas, maternales y racionales” de esta.

 

Comenzaron los primeros movimientos pidiendo el reconocimiento de la ciudadanía y por lo tanto el derecho a votar y ser votados de las mujeres.

 

En el S. XX la mujer comienza a asistir a la Universidad. En México, en 1947, se reformó el artículo 115 de la Constitución y las mujeres comenzaron a ocupar cargos de elección en los Ayuntamientos. El 13 de octubre de 1953 se expide la reforma de los artículos 34 y 115 constitucionales, por los cuales se otorga plenitud de derechos ciudadanos a la mujer mexicana, y la mujer puede votar como ciudadana que es.

 

Al estar realizando esta investigación, me llevé una profunda decepción. Casi todos los autores a la hora de hablar del trabajo de la mujer a lo largo de la historia, y su trascendencia en la construcción de la humanidad, se refieren a actividades extradomésticas… entonces me cuestioné:

 

¿Cómo le llamas a estar levantada desde primera hora, dando de desayunar, bañando niños, corriendo a la escuela, arreglando casa, curando enfermos, enseñando niños, consolando tristes, cocinando, dando Amor y calor de hogar, lavando ropa, decorando la casa, planeando gasto, aseando todo, haciendo pagos, administrando tiempo, dinero y esfuerzo? ¿Será que es un juego y por ello no se toma en cuenta como trabajo?

 

Cualquier persona, con dos centavos de frente sabe que la mujer ha sido trascendente y fundamental para el desarrollo, maduración y crecimiento de la humanidad, tanto como el hombre, ¿Por qué?

 

  1. Porque  la mujer ha formado, educado y amado personas concretas, bebés que nacieron y necesitaron de una madre, para crecer y hacerse hombres, los grandes personajes de la historia universal, TODOS ELLOS TUVIERON UNA MADRE.
  2. Porque el aporte económico, político y social que conlleva el trabajo doméstico es invaluable. Quiero saber que gobierno es el valiente que asume todos los gastos, costos y responsabilidades de un ama de casa.
  3. Porque de diferentes maneras y en las distintas circunstancias históricas, la mujer SIEMPRE ha participado en la construcción de Imperios, naciones y civilizaciones, al tener fuerte y sólida la célula básica de la sociedad: la familia, aún a costa de ella misma.

 

Es por ello, que no me atrevo a mencionar a mujeres protagonistas de la historia de México, pues TODAS y CADA UNA , desde su propia trinchera, desde su vida y trabajo ordinario, han sido cimientos, del México del S XXI.

 

Es tiempo que la mujer se encuentre a si misma, valore lo que es y lo que hace, la inmensa dignidad que tiene por el hecho de ser persona y además mujer: cuando en el hogar, el trabajo, la sociedad falta la mujer, la vida se ve en tonos grises… esa charolita de galletas que le puso un toque a la junta, esa idea profundamente humanista que le dio un giro a una estrategia, esa sonrisa que rompió el hielo en una negociación difícil, esa sensibilidad que evitó un mal negocio, ese apretón de manos que le dio luz al alma atribulada, ese abrazo que aminoró los fracasos escolares, ese regaño cariñoso que dio impulso al derrotado… ¿concibes el mundo sin todo esto?

 

¡Ya basta de mujeres machos! ¡ya basta de “competir” con quien es nuestro complemento!, ¡ya basta de querer ser lo que no somos, despreciando la riqueza y la maravilla que si somos!, ¡ya basta de negar nuestra maternidad como si fuera un lastre! ¡ya basta de renegar de la vida, cuando nuestra misión principal es DAR VIDA a todo aquel que nos rodea!, ¡ya basta de despreciar el hogar que es la cuna de cualquier ser humano!, ¡ya basta de denigrar el trabajo del hogar como si fuera el mayor castigo sin valorar el aporte insustituible que este tiene para el progreso del País, de la familia en su estabilidad y economía!, ¡ya basta de ocultar nuestros sentimientos haciéndonos las “fuertes” porque está mal visto!, ¡ya basta de privar a la familia, a la sociedad, al trabajo, a la nación de la riqueza de la PERSONA –MUJER con todas sus cualidades y aportes insustituibles!, ¡ya basta de renegar de lo más maravilloso que tiene la mujer: su esencia trascendentemente femenina.

 

URGE la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida, en casa formando las grandes personas del futuro, en la sociedad aportando su feminidad y su genio, en la política humanizando y trascendiendo. URGES TU COMO MUJER, URGE QUE TU ASUMAS TU FEMINIDAD EN PLENITUD.

 

Va por todas y cada una de las mujeres del mundo, en especial, por la mujer mexicana. ¡Que Dios nos bendiga en este Día Internacional de la Mujer!