Abstencionismo

Autor: Rosa Martha Abascal de Arton

 

Cuando el 7 de julio se confirmó que casi el 60% de la gente había dejado de votar el 6 de julio, un gran amigo me hizo la siguiente pregunta que verdaderamente me marcó y me dejó reflexionando:

¿Qué pensarías de que en una reunión donde hubiera 10 personas, 4 de ellas decidieran que hacer y como hacerlo sin tomar en cuenta a las otras 6 personas?

El 6 de julio, 6 de cada 10 personas que pueden votar decidieron por voluntad propia, abstenerse de ejercer un derecho y un deber ciudadano: el elegir a sus representantes en la Cámara de Diputados.

Hay muchos factores que contribuyeron para que en éstas elecciones quien ganara no fuera un partido político o una corriente de pensamiento sino el abstencionismo:

1. La gente no cree en los políticos, en sus promesas
2. El ciudadano está cansado de ver el derroche en propaganda electoral, cuando hay millones de mexicanos sumidos en la más profunda pobreza
3. El mexicano está cansado de escándalos amarillistas que buscan "posicionar" a un partido político frente a la ciudadanía
4. El pueblo de México ya no quiere oír descalificaciones ni insultos, quiere oír propuestas serias, quiere propuestas factibles y realizables, no sueños populistas

Pero con todas las razones anteriores, no es suficiente para dejar de ejercitar un derecho y una obligación que tanto tiempo y esfuerzo nos costó a los mexicanos hacer valer

Es como cuando estamos luchando contra un cáncer (falta de democracia), los tratamientos, las quimioterapias, la medicina, todo parece que va funcionando, de pronto, hay una recaída (malas campañas, falta de credibilidad en los políticos...) ¿dejarías de seguir el tratamiento? ¿te dejarías morir por un tropiezo?

Yo no lo haría jamás, porque la vida, mi vida, y la de la gente que me rodea está de por medio, también con tu voto, estás decidiendo tu vida y la de quienes te rodean

Debemos recordar, que no tenemos derecho a quejarnos del gobierno que tenemos, ni de las medidas que ellos adoptan, ni de las leyes que aprueban o no aprueban, si no ejercimos nuestro más básico y primordial obligación como ciudadanos: Votar.

Es por eso que te invito como ciudadano mexicano, como persona preocupada por el bien de tu familia, de tu nación, a que influyas en la vida de tu comunidad, en la vida de tu Patria, en la vida de tus hijos, hazlo por ti y por ellos, porque lo que hoy sembremos, tal vez no lo cosechemos nosotros, pero seguramente ellos si lo harán.

¿Qué prefieres dejar sembrado? ¿Abstencionismo? ¿Falta de compromiso? ¿Comodidad? o prefieres sembrar Responsabilidad, compromiso, legalidad, democracia, esperanza... está en tus manos, Participa, influye ya, influye hoy, puedes hacerlo.
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