La Oración en Familia

Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.

Sitio Web: Un mensaje al corazón

 

 

En muchas casas no se ora, porque no conocen las técnicas de cómo orar en familia. Cada mañana, al levantarse consagre su vida a Dios. Que sus primeros pensamientos y palabras sean para el Señor. Así usted marcará el tono mental del día. Sintonice algún programa religioso en las emisoras y mientras está aseándose o preparando los alimentos, o revisando sus estudios escuche alguna música religiosa. Cante algo religioso que lo programe a preparar su mente durante el Día. Vaya a desayunar con su familia. ¡Que linda esta primera reunión en familia! Levántense un poco más temprano para que estén tranquilos, serenos y no estén en carreras para llegar a tiempo a su lugar de trabajo. 
Tengan tiempo para orar en el desayuno. Esta oración la puede hacer cualquier miembro de la familia. Hagan un breve silencio, bajen sus cabezas y cada uno ore personalmente al Señor. Den gracias a Dios por el alimento y pidan bendiciones para el día. Controle el mal humor que comúnmente invade a las personas antes de dar comienzo a la tarea diaria. Si almuerzan juntos hagan lo mismo, y si no donde sea que usted esté dé gracias a Dios por el alimento y pida por todos procurando una comunicación espiritual y profunda con los demás miembros de su familia. 

A la hora de la cena es recomendable que estén juntos. Es un lindo momento para compartir el pan y las experiencias del día. Ore uno en nombre de todos dando gracias por los alimentos. No permita que en la cena tengan lugar discusiones, preocupaciones, ni problemas. Terminada la cena se puede leer un pasaje de la Biblia. Oren juntos diez a quince minutos. También pueden rezar el Rosario o alguna de sus oraciones favoritas. Así la familia cenó junta y oró junta. 

Procuren ir todos los domingos juntos a la Eucaristía. ¡Qué lindo es ver a toda la familia en la misma banca orando! Les aconsejo que tengan su Biblia. Apréndanse algunos versículos y de noche, antes de acostarse, haga un examen de conciencia, pídale perdón al Señor si en algo le falló y de gracias por el día. Dicen los psicólogos que estos cinco minutos antes de acostarse influyen en el sueño. Si usted se acuesta pensando en Dios, su sueño será más agradable. No olvide lo que dice el Salmista: "Si Dios no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen". Ponga a Dios en primer lugar. Aprenda a orar en familia y no se olvide, ¡Con Dios usted es INVENCIBLE!