Errores Comunes en el Matrimonio, Parte I 

Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.

Sitio web: Un mensaje al corazón

 

 

Vamos a mencionar algunos de los errores más comunes en el matrimonio: 

Primer Error: Confundir el amor con el sexo. El sexo es un medio de expresar amor, del que se sirve la pareja; pero no es el único medio. Ayuda a la complementación, a la identificación y está dirigido a la procreación. Es sólo una parte del amor. El amor supera al sexo. El amor es entrega, donación, identificación, compartir ideales y metas; es perdonarse y comprenderse. El amor es mucho más que el sexo. Se piensa que el sexo es la única manera de expresar el amor y no es cierto. El sexo es parte del matrimonio. Dentro de él es santo, fuera del matrimonio es pecado. Si la pareja tiene problemas en este aspecto, deben consultar a un médico, a un psicólogo, a un consejero matrimonial o a un sacerdote. Nunca se debe pensar que si hay problemas en el sexo, ya se acabó el amor. 

Segundo Error: Querer hacer a la otra persona a la medida de uno. Somos seres irrepetibles, únicos y nadie puede hacer al otro a su propia medida. Se empobrece y se atropella la dignidad del cónyuge cuando se quiere que éste piense, actúe y haga todo lo que él hace. 

En el matrimonio la complementación es una de las grandes riquezas e implica diversidad. Gracias a que somos diferentes, la pareja puede complementarse. Hay que respetar y promover el desarrollo integral en su cónyuge. Cada uno debe descubrir que el otro es diferente y que tiene valores y cualidades increíbles. Pero cuando se quiere hacer al otro igual en todo, se pierde la riqueza de esa identificación.

Tercer Error: No saber perdonar. Para perdonar hay que amar mucho, hay que comprender mucho, hay que saber que la otra persona no es un Dios, es un simple ser humano, que puede cometer fallos. 

Existen personas casadas que se guardan resentimientos durante 10, 15, 20 años y cuando están discutiendo, sacan a relucir aquello que sucedió hace mucho tiempo. Esto es muy triste, pues no se han perdonado y hay que saber perdonar para poder convivir como seres humanos. Si no perdonamos, definitivamente, es que no amamos en plenitud. Lógicamente para perdonar hay que estar muy cerca de Dios. Con el amor de Dios, usted puede hacerlo; sin el amor de Dios es imposible . 

Dentro de este mismo punto de no saber perdonar, hay otro error y es el de no saber pedir perdón. Para pedir perdón hay que ser humildes. De hecho, existe mucha soberbia y orgullo en los matrimonios y en muchas personas que no quieren reconocer que han cometido un error. Saben que hicieron daño, pero no se han despojado de su orgullo y su soberbia. Hay que aprender a pedir perdón cuando se ha fallado. 

Este tercer error de no saber pedir perdón es muy común. Si éste es su caso, en este Mensaje al Corazón queremos decirle: Ya es tiempo de cambiar. Aprenda a perdonar. Perdonar implica olvidar y olvidar es enterrar el pasado y seguir adelante. Sepa que no hay reconciliación sin perdón, que la brecha se hace más grande cuando definitivamente no se perdona. Aprenda a perdonar y a pedir perdón. 

Cuarto Error: No saber dialogar. ¡Rompa ese silencio sepulcral! En muchas casas hay auténticas tumbas; tumbas que conviven juntas, que se sientan a comer y no se comunican, no dialogan y cuando hablan es a gritos. ¡Qué tristeza! ¡Esto es terrible! Hay que dialogar y para eso, hay que ser muy sinceros y aprender a escucharse. Así, en la medida en que se comunican y saben escucharse, se van identificando el uno con el otro; se van haciendo en verdad una sola carne. Si éste es su caso, vamos a romper esta terrible barrera que se ha formado en su matrimonio. Aprenda a comunicarse, a decir las cosas con auténtica sinceridad, con delicadeza, con amor. 

Usted puede cambiar, usted puede ser mejor en este aspecto. Tal vez estamos salvando su matrimonio, su relación familiar; estamos salvándolo a usted si aprende a dialogar más, a convivir más, a amarse más. Y no se olvide que con el Señor todo lo podemos, PORQUE CON ÉL, ¡SOMOS INVENCIBLES!