La “clonación” de Eva y los Raelianos

Autor: Roberth Phoenix  



Este es el momento de salir de la ignorancia y la mediocridad para ser Cristianos preparados a dar una respuesta acorde con el nuevo milenio

 

Hace un año me encontraba en el VI Encuentro Internacional de Centros de Cultura, realizado por el Center for Teology and Natural Ciences de Berkeley, California; que tuvo por marco central el tema “Ciencia y Religión: Hacia una nueva cultura de colaboración”, y una de las exposiciones fue precisamente sobre la clonación (Cfr. Alma, evolución y clonación.).


En ese entonces, la Dra. en Biología y Filosofía, Stacey Ake, graduada de la Universidad de Pensilvania, quien es Editora Asistente de Metanexus, el mayor foro en línea sobre ciencia y religión existente en Internet, realizó una exposición, titulada “Un clon por cualquier otro nombre todavía es un ser humano”. En ella la Doctora Ake hizo énfasis en la importancia de mostrar la continuidad de lo biológico a lo espiritual en la evolución de la conciencia humana y sus implicaciones éticas y religiosas.


Pero lo que más me llamó la atención de la polémica exposición, fue la respuesta que dio cuando le preguntaron cual era su posición respecto a la clonación. Ella afirmaba que, la clonación era un acto inevitable, ya que la ciencia no iba a detener su avance, sin importar las consecuencias. Pero ante esa respuesta que nos llenó de oscuridad, la luz de Cristo resurgió, cuando la Dra. agregó, que lo más importante no es el hecho es si mismo, sino que por el contrario, la interrogante sobre cual ha de ser la respuesta que demos ante las consecuencias de dicho acto, será la que determine el futuro de la humanidad.


En el inicio de este año, surgió una noticia que ha llamado la atención de todos los medios de comunicación a nivel mundial, la supuesta clonación de la niña llamada Eva, lo que ha creado una gran expectación entre toda la humanidad. Una noticia que de ser cierta, significaría un cambio radical en el curso de la evolución natural y la ciencia del hombre, un barrera entre la naturaleza de la criatura y la del Creador, una barrera entre Dios y el hombre.


Lo que ha primera vista parece ser una terrible e inevitable realidad fatalista, es enfrentable con la perspectiva de Jesús. Es decir, tal como lo comentaba, la Dra. Ake, la clonación de seres humanos, podría ser una realidad el día de hoy, pero lo más importante es la reacción, que nosotros, los humanos, los cristianos, tengamos ante tal hecho. Pues, a estas alturas, no sirve de nada condenar a los científicos o a la ciencia misma. En vez, de eso debemos dar una respuesta acorde al avance de ésta y a las consecuencias que trae consigo. 


Comencemos con informarnos seriamente. ¿Cuántos de nosotros sabemos a ciencia cierta qué es la clonación? ¿Cuál es la diferencia entre la clonación médica y la de un humano? ¿Qué ha pasado con los animales que ya han sido clonados, como la oveja Dolly?


Por otra parte ¿Sabemos quienes son éstos sujetos que aseguran haber clonado a Eva? ¿Tenemos el conocimiento de que son parte de la secta e los raelianos? ¿Conocemos sus principios? ¿Estamos enterados de que desconocen la existencia de Dios y aseguran que provenimos de seres extraterrestres? 


La respuesta a todas estas preguntas es no. Y no lo sabemos porque simple y sencillamente no nos interesa, porque mostramos una indiferencia implacable ante los sucesos en el mundo, bajo la filosofía de “mientras no se metan conmigo”. Y esta respuesta simplemente ya no es aceptable.


Este es el momento de prepararnos académicamente, de estudiar, de conocer no sólo de nuestros intereses sino también de los demás, de estar al tanto de todo lo que pasa en el mundo. De salir de la ignorancia y la mediocridad para ser Cristianos preparados a dar una respuesta acorde con el nuevo milenio.


Y lo más importante, preparémonos espiritualmente par poder afrontar nuestra realidad contemporánea. Oremos también por los científicos, para que descubran que la verdadera ciencia y conocimiento viene del creador, y que no podemos jugar a dioses. Y también oremos para que la humanidad, afrontemos nuestra realidad y dejemos de mostrar indiferencia ante los hechos que acontecen y que nos conciernen a todos.


Recordemos también que todo gran conocimiento y todo gran poder, conlleva a responsabilidades igualmente grandes. Pidamos al Señor la sabiduría para afrontar nuestro tiempo en constante cambio, y seamos cristianos contemporáneos, que se acercan a la oración, a la confesión, a la eucaristía y a la palabra. Pues Jesús, ha venido para darnos vida y vida en abundancia. 
Una historia más de nuestro Éxodo contemporáneo...