Manos Divinas

Autor: Ricardo Serna G.

 

 

           

¿Manos Divinas que del cielo vienen
no puedo saberlo? La mitad de ni vida espero
que levantes, si prefieres, la nave de mi embarcadero,
que recojas una parte de mis letras olvidadas
en medio de mi rumbo muchas veces ciego,
para escribir el manuscrito espejo de tu amor eterno.
Continuamente me llamas con tus palabras
toques, rostros, noches, días, verdes, azules,
aires, silencios, diciembres, calles y despedidas;
hombres retumbando la oración,
estrellas avisos firmes de tu presencia,
el fuerte viento, susurro, camino de mi muerte
que me espera;
la profunda quietud de la noche acariciando 
mi espera,
el pasajero dormido en mi sueño de fuego en
mi hoguera,
el niño que nunca dejó de ser niño,
alas de ángel en su cruz de agonía,
el yo que el destino me inventa
en una hoja, en un pañuelo,
en un espejo, en llanto por el fantasma de mis años;
mi sombra por los caminos húmedos de mis
arrepentimientos,
el eco de mis pecados
todos, uno a uno abriendo su sepultura;
y pongo cada palabra de mi otoño
en cada hoja verde que cae los puntos y las comas
en tus manos Divinas.