La libertad de conciliación de las mujeres

Autor: Pilar Pérez Rodríguez

 

 

Raro es el día en que no aparece en los medios la conciliación de las mujeres como un bien para las empresas y para la humanidad entera. Hay que reconciliar, dicen, trabajo y familia, empresas y tiempos de ocio, vida familiar, personal y laboral, a hombres y mujeres....

¿Y no será que lo de "la conciliación obligatoria fuera del hogar", como dogma de fe, es dificil para algunas y algunos de encajar?.

Hay muchas mujeres que concilian Familia y Hogar sin mayor problema que el de la discriminación que se les hace desde muchos frentes ( el frente económico entre otros). Incluso muchas de ellas son madres de varios hijos a los que no sólo engendran, sino que además educan día a día con su ejemplo y su presencia, con su acompañamiento continuo en sus diversas etapas de desarrollo.

Está muy bien que las empresas quieran madres, pero es mucho mejor que las madres puedan elegir donde realizarse con libertad. ¿Está mal que quieran dedicarse en plenitud, y dar lo mejor de si mismas a sus familias?. ¿O es lo mejor para los hijos y dependientes? ¿O es indiferente?.

Está muy bien que las empresas ayuden a la división del trabajo doméstico, incluso que se establezcan cuotas de repartos desde la empresa, pero creo que sería mejor que las protagonistas del asunto, las familias, se planifiquen como prefieran, que sean ellas las que decidan los mejores horarios y la mayor o menor implicación, supongo que pensando en el bien de los hijos, de los dependientes etc... porque esa es su mejor empresa.

Esto de imponer modelos de comportamiento únicos empieza a oler mal, sean personales o colectivos. Que cada familia se organice como quiera, y si hay madres profesionales que quieren dedicarse a su familia, que no tienen que reconciliarse con nadie ni con nada, ni quieren medias jornadas ni medias vidas.... pues supongo que tambien tienen sus derechos y me gustaría verlos reflejados al menos de vez en cuando. Mientras a estas mujeres se las siga ignorando, la conciliación es una verdadera imposición que no podemos aceptar.