Vacaciones: ¿es no hacer nada?

Autor: Pilar Bacha de Camargo


Estamos acostumbrados a pensar que cuando llegan las vacaciones, lo ideal sería estar acostados todo el día viendo televisión o películas en video o estar en un lugar lejano rodeado de buenos servicios, en donde nos complacieran todos nuestros caprichos. Creemos que el descanso es no hacer nada. Esta idea es una idea equivocada. 

Las vacaciones deben ayudarnos a divertirnos y diversión significa “diversificar”, “variar”, “quitar la rutina”. Esto quiere decir que no necesariamente tenemos que dejar de hacer cosas, sino hacer cosas diferentes que nos gusten, nos distraigan, nos hagan crecer como personas, nos permitan obtener fuerzas renovadas para reiniciar más adelante nuestra labor diaria.

De acuerdo a nuestro presupuesto y a nuestra forma de vida, debemos planear las vacaciones de la familia, sobre todo si hay hijos pequeños. En cualquier ciudad existen muchos programas de diversión durante el Verano: desde obras de teatro al aire libre, hasta paseos a zonas históricas o geográficas de interés. Para quienes pueden ir a las playas, también es una buena alternativa porque los niños de cualquier edad disfrutan enormemente el agua del mar. Los periódicos locales tienen anuncios de todo lo que está disponible en la ciudad.

Del modo en que los padres de familia se preocupan por preparar el regreso a clases o el regreso a sus trabajos, de igual manera deben tomarse un tiempo especial para pensar y decidir qué hará la familia durante los meses de vacaciones. Aunque los padres sólo tienen algunos días libres, es muy conveniente planear todo el período para darles cierta realidad a los hijos, haciéndoles saber qué sí pueden hacer, qué permisos tienen, si van a salir de paseo, a dónde, cuándo y cuánto tiempo. Todo esto les da la posibilidad de controlar de mejor manera todo este período tanto a los hijos como a los padres. 

Para el resto del tiempo, es conveniente asignar ciertos trabajos a cada uno en la familia. De acuerdo a la edad, todos deben cooperar en el aseo de la casa, o en el taller del papá, o en el cuidado de la abuela enferma, o en la granja, o en la construcción. Esto permitirá que los hijos estén ocupados por lo menos una parte del día, para que no tengan tentaciones negativas. Existe un refrán que dice: “el ocio es la madre de todos los vicios”. Sin exigir una carga excesiva de trabajo, pero manteniéndolos ocupados en diferentes actividades durante el día, los hijos se sentirán útiles, divertidos y además descansados, porque no es la rutina de siempre.

Por supuesto que todos deben recordar que a Dios no se le debe olvidar en ningún momento y que deben agradecerle todas las cosas buenas que se lograron en el período escolar. También deben recordar que aún saliendo de paseo, en cualquier lugar existen Iglesias Católicas en donde Dios Nuestro Señor nos está esperando para compartir con nosotros la posibilidad de divertirnos y de descansar de la rutina de todo el año. Si nos organizamos adecuadamente, los domingos de vacaciones tendremos presente nuestra misa dominical que nos ayudará a fortalecer nuestro espíritu y nuestro buen ánimo, para que todo salga bien en este período que como mencioné al inicio de este artículo, debe ayudarnos a crecer como personas y como hijos de Dios.