Santa Teresa

Autor: Pedro Díaz- Landa

                      

Te sobraban tesón y valentía
para ir en pos de cualquier meta ansiada;
aunque tu voluntad -por Dios guiada-
los más severos cánones seguía.

Mas tu místico afán de cada día,
con el Carmelo ardiendo en la mirada
¡te convirtió en semilla iluminada
para la siembra que el Señor quería!

Dejaste, con tu empuje y tus talentos
y tu incansable mano fundadora 
¡todo un sartal orante de conventos!

Y, hoy, tornas la miseria más nefasta
en la riqueza más prometedora
con un verso inmortal: “ ¡Sólo Dios basta! ”