Reafirmemos las bases familiares o…

Autora: Lic. Norma Mendoza Alexandry de Fuentes

 

 

Las nuevas teorías del feminismo sociológico europeo nos dicen que la maternidad es una experiencia familiar por excelencia y que sin mujeres que deseen ser madres, no hay sociedad con un futuro posible; esto suena bien, pero vayamos al fondo del asunto:
Los demógrafos europeos tienen temor de que si las tendencias actuales se mantienen indefinidamente, terminará desapareciendo toda la especie humana; otra de sus teorías proyecta que se produzcan a partir de ahora ciclos de declive demográfico seguidos de períodos de recuperación con el resultado en promedio de un crecimiento en torno a cero y finalmente –nos dicen-, la última posibilidad es que, teniendo en cuenta la evolución del modelo de reproducción “cada vez menos centrado en la familia”, la regulación demográfica se asuma como objetivo colectivo explícito. El demógrafo apuesta por la hipótesis de un escenario en donde:
1. La reproducción estará menos centrada en la familia y
2. La regulación demográfica deberá asumirse como un objetivo colectivo explícito.
La primera afirmación depende necesariamente del significado que le demos al término “familia”. Esto debido a que hoy se habla de diferentes “tipos” de familia, ya no necesariamente el conocido modelo de: padre, madre, hijos viviendo bajo un mismo techo en el cual la alianza matrimonial entre hombre y mujer es requisito indispensable para tener hijos legítimos. Por otra parte, los demógrafos, algunos sociólogos y las feministas nos dicen que la reproducción humana estará en el futuro menos centrada en la familia. Hoy se habla de un supuesto en el que una madre y su hijo forman una familia, aunque no haya matrimonio previo ni padre conocido ; desde la sociología se habla de que estamos viviendo en Occidente “un proceso de desinstitucionalización de la familia”, esto es, del llamado “modelo de familia convencional y hegemónico” en el cual el padre ya no es la figura principal, sino que toda madre, sea biológica o de adopción, crea nuevos vínculos familiares y de parentesco desde el momento en que se establece la filiación. En España por ejemplo y en otros países democráticos, se ha reformado el código de familia y se están aprobando nuevas leyes sobre relaciones familiares, por ejemplo sobre uniones “estables de pareja” (situaciones convencionales de ayuda mutua, 1998) sobre matrimonios y adopciones de hijos por parte de parejas del mismo sexo.
¿Significa lo anterior un avance? ¿significa la total exclusión del padre de familia? o simplemente ya no es importante el ámbito familiar.

En contraparte, está ampliamente demostrado que sin familias sanas, simplemente no podemos tener una sociedad sana. Debemos despertar y concienciarnos del importante rol social de la familia. El matrimonio, en sentido verdadero, se encuentra bajo cualquier institución social, de allí que no sorprende que el matrimonio de un hombre y una mujer tenga los intereses con más altas consecuencias: las personas casadas son mas sanas, viven más años (longevidad), tienen mayores ingresos, tienen mayor salud mental y mejor vida sexual y son más felices que aquellos no-casados. Aún más: las personas casadas tienen menores índices de suicidio, accidentes fatales, enfermedades crónicas o graves y menores índices de alcoholismo y depresión.
En estudios elaborados, el matrimonio es el mejor modelo para el crecimiento de los niños; en investigaciones recientes se demuestra que para los infantes no hay mejor lugar para vivir que dentro de un matrimonio estable con sus padres biológicos:
a) El matrimonio fomenta la educación infantil. Estudios recientes demuestran que los niños criados por sus padres tienen menor índice de deserción escolar, que los niños criados por un solo progenitor.
b) El matrimonio minimiza las probabilidades de pobreza extrema. Los estudios demuestran que los niños criados fuera del matrimonio son más propensos a crecer en condiciones económicas de pobreza, además carecen de atención del padre y de la madre y una alta probabilidad de cambios de vivienda. Todo esto afecta el desarrollo infantil.
c) El matrimonio ayuda a la prevención de la delincuencia. Varios investigadores se atreven a afirmar que “el factor singular más determinante, si alguien es propenso a ser encarcelado en su vida es: si tiene o carece a un padre comprensivo en casa”; también afirman que “cuando la madre se aparta y permanece menos tiempo con sus hijos recién nacidos y en edad pre-escolar, el cerebro infantil en desarrollo es afectado y por tanto, su sistema de comportamiento también”. Los niños que carecen de este apego crucial en la infancia “tienden a crecer en comportamiento narcisista y fuera de control, para compensar su privación inicial”.
d) El matrimonio fomenta la sana sociabilidad. En cambio “los niños de padres divorciados no aceptan fácilmente la supervisión de otra ‘pareja’, como sí lo hacen de sus padres casados”. Los jóvenes que viven en hogares uniparentales, son más propensos a tener hijos fuera del matrimonio así como también a dejar los estudios y/o el trabajo. (1)

Si esto último es cierto, si todos nos damos cuenta de que la llamada “reproducción” o mejor dicho -la procreación-, debe partir de un matrimonio sano, entonces ¿por qué permitimos que en las políticas llevadas a cabo por el organismo descentralizado que se encarga de promover la llamada ‘equidad de género’ tenga entre sus propósitos: “…garantizar el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres mexicanas en todas las etapas de su ciclo de vida” (sic) (2)? - Si está plenamente comprobado que la expresión “derechos sexuales y reproductivos” no ha sido definida por ninguna organización nacional o internacional debido a la controversia existente dentro de la posibilidad de que encierra el aborto encubierto en el manejo de este lenguaje.

Cualquier falla en la importancia que demos a la institución matrimonial y la formación de la familia, equivale al bienestar o ruptura social de futuras generaciones.
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1) Estudios elaborados en E.U.A. por: Waite, Linda J. et. al. Demography 483, 494 (Nov. 1995).
2) Anteproyecto Programa Op. Anual, I.N.M. 2004.