Recemos por quienes practican los antivalores…

Autor: Lic. Norma Mendoza Alexandry de Fuentes

 

 

Un informe del American Journal of Humanistic Psychology (Publicación Americana de Psicología Humanista) apunta que “el vacío existencial se hace sentir visiblemente en el Tercer Mundo”. Mencionemos algunas causas que provocan este vacío existencial, cabe considerar dos: la pérdida del instinto y la pérdida de la tradición. Los instintos no dicen al hombre, contrariamente al animal, lo que debe hacer; las tradiciones tampoco dicen al hombre o mujer actual cuáles son sus deberes; y muchas veces éste parece no saber qué quiere. Entonces se siente tentado a querer lo que los demás hacen o a hacer lo que los demás quieren. En el primer caso topamos con el conformismo y en el segundo con el totalitarismo. Pero no son únicamente el conformismo y el totalitarismo las secuelas del vacío existencial, sino también el neuroticismo. El Dr. Víctor Frankl nos dice al respecto que además de las neurosis en sentido estricto, hay otras neurosis que él llama con el nombre de “noógenas”, son éstas las que más que una enfermedad psíquica, son una pobreza espiritual y no pocas veces son consecuencia de un sentimiento radical de falta de sentido.
Lo anterior es confirmado al leer las noticias:
La tasa de divorcio de los países desarrollados se incrementó desde 1970 de 13 divorcios por cada 100 hombres y mujeres, a 24 divorcios por cada 100 hombres y 27 por cada 100 mujeres en los 90’s. Los países en desarrollo también han triplicado la tasa de divorcio entre las mujeres de 5 a 15 por cada 100 mujeres y de 7 a 12 por cada 100 hombres. Aparte, en el Informe de Fertilidad Mundial 2004, se afirma que para el decenio de 1990 la frecuencia del uso de anticonceptivos en una cuarta parte de todos los países en desarrollo era igual o superior al 62%. No sólo eso, sino que en una de las más recientes ediciones de la revista médica “Sexually Transmited Infections” (Infecciones Sexualmente Trasmitidas) declara que un estudio efectuado demuestra que un alto porcentaje de todas las muertes de ciudadanos norteamericanos, es causada por su erróneo comportamiento sexual, añade que las mujeres ‘cargan con una alta proporción’ del costo que se deriva de la llamada “liberación sexual”. Aquí, mientras que el VIH mató a 4,200 mujeres, fue el cáncer cérvico uterino el que llevó la delantera como causa de muerte de las mujeres, causando 5000 víctimas; el cáncer cérvico uterino es causado primariamente por el “virus de papiloma humano” (HPV) que es la enfermedad sexual más común. El estudio encontró que en el curso de un año, el 7.5% de los norteamericanos sufrieron casi 20 millones de incidencias de efectos negativos a la salud causadas por su comportamiento sexual. De éstos, las mujeres sufrieron un desproporcionado 62% incluyendo 2.5% de casos de gonorrea, entre otras enfermedades infecciosas.
No está por demás mencionar que en México, en un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente de la Secretaría de Salud, el porcentaje de estudiantes del D.F. consumidores de bebidas alcohólicas aumentó de 55.4% en 1997, a 61.4% en el 2000; asimismo se incrementó en 3% el uso de drogas ilegales al pasar del 12% en 1997 al 14.7% en el 2000, esto revelan los resultados de la encuesta sobre “La evolución del consumo de drogas en estudiantes del D.F.” En las ciudades el consumo es mayor que en el campo. En la población urbana 35% de los adolescentes hombres consumen alcohol y un 25% de las mujeres. Más de 200mil adolescentes entre 12 y 17 años han usado drogas.
Recientemente en un artículo del boletín Yo Influyo, el Lic. José de Jesús Castellanos presidente de la Red Social por un México sin Adicciones comentó que de acuerdo con estudios realizados por esta organización, las adicciones -y en particular el consumo de drogas- son consecuencia principalmente de la pérdida de valores, y yo agrego: ..y de la práctica de los antivalores.
La realidad social de nuestro tiempo se encuentra borrosa: no se discierne bien en ella el hilo conductor que relaciona la realidad del hombre y la realidad social. Hoy se habla del hombre y la sociedad; y no de la sociedad y el hombre. Cerramos los ajos a hecho de que: antes que el problema del orden social, debe resolverse el problema del orden humano individual.
Hoy existe un fenómeno muy confuso que es el modo de ejercer el acto libre. La enfermedad psíquica que Frankl llama “noógena” es precisamente la pobreza espiritual, causante de que el acto libre sea muy pobre, con las consecuencias sociales arriba anotadas. ¿A qué se debe todo esto? Al reduccionismo predominante; a manera de ejemplo, un profesor decía que “la vida no es más que un proceso de combustión, un fenómeno de oxidación”. Es precisamente en el reduccionismo y la práctica de antivalores en donde se concreta lo que aquél profesor llamaba “oxidacionismo”. Su peligro es el pensamiento unidimensional.
No nos queda más que concluir con la sabia frase que un sacerdote pronunció hoy por la mañana:
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