El embrión es un paciente

Autor: María García de Fleury




El «embrión como paciente» ha sido el argumento de un Congreso promovido por las Facultades de Medicina de las Universidades civiles y católicas de Roma en febrero 2002. Allí se ha concluido que «En el campo de la investigación científica --constata-- el embrión, desde el momento de la concepción, es ya un paciente, pues realizamos intervenciones para mejorar y curar las alteraciones genéticas, para reducir daños de posibles alteraciones ambientales, y sobre todo para garantizar un mejor embarazo». 

El doctor Arduini señala que «antes la investigación científica trataba como paciente sólo a la mujer, hoy día el ejercicio médico reconoce al embrión su identidad propia. Y es interesante observar que al tratar como paciente al embrión, también la mujer alcanza notables ventajas». 

El manifiesto final de los médicos y científicos de todas las orientaciones ideológicas, que lleva por título «El embrión como paciente», afirma que los últimos avances de la ciencia «ofrecen evidencias concordantes que llevan a considerar la vida humana como una continuación, que en la fase embrionaria y en el envejecimiento tiene el inicio y el final de su recorrido natural». 

«El nuevo concebido se presenta como una realidad biológica definida --añade el documento--: es un individuo totalmente humano en desarrollo, que autónomamente, momento tras momento, sin alguna discontinuidad, actualiza su propia forma realizando un designio presente en su mismo genoma». «Por tanto --concluyen--, el embrión se demuestra desde el inicio como protagonista de su existencia biológica». 

Ante estas y otras consideraciones científicas, los médicos y científicos formulan estos compromisos que traducimos a continuación literalmente: 

--Curar al embrión inspirándose en los mismos principios ético-deontológicos propios de cualquier otra intervención sanitaria, garantizando así la misma dignidad debida a todo paciente y las condiciones humanas para crecer y desarrollarse. 

--Difundir en la cultura científica y sanitaria las exigencias de la vida embrionaria, como conquistas de la investigación y patrimonio de toda la humanidad.

--Sensibilizar a los responsables de la sanidad pública para que creen estructuras sanitarias necesarias para favorecer el ambiente idóneo para el desarrollo del embrión, comenzando por la asistencia adecuada a la madre y por dinámicas materno-embrionarias. 

--Relanzar la enseñanza de la embriología en el currículum universitario del personal médico-sanitario, como momento de particular importancia formativa para la conciencia y la maduración de una adecuada relación con el paciente. 


--Favorecer investigaciones interdisciplinares involucrando a todos los componentes de la sociedad, de manera que el embrión sea conocido y acogido en su inviolable dignidad. 

--Prestar atención a la divulgación de las informaciones que hacen referencia al embrión y al feto de manea que la cultura del embrión «sujeto» pueda difundirse en la sociedad italiana y europea.