Las dos marranitas y el cuervo

Autor: Manuel Velis-Pacheco

 


Plácida y quietamente, dos marranitas comían su ración de maíz, mientras desde la rama de un árbol cercano, un hambriento cuervo las observaba sin parpadear ideando la forma de alejarlas del lugar para robarles su comida. El astuto pajarraco, luego de pensarlo, se acercó.  Al verlo las marranitas reaccionaron cautelosas.  Abordándolas rápidamente el cuervo  dijo:

    Hola preciosas —  A lo cual las interpeladas contestaron con un simple gruñido.  El cuervo volvió al ataque diciendo:

    ¿Ya saben que son ustedes las más bellas puerquitas de toda la comarca?  Si lo dudan no tienen más que acudir al estanque cercano y ver en el fondo.  Allí verán reflejada en todo su esplendor su descomunal belleza.  

            Al oír esto, ambas golosas pararon de comer y se dijeron vanidosas:

            ¡Hum! Nada perdemos con acudir al estanque — Dicho y hecho.  Salieron en alocada carrera hacia el estanque para contemplarse, ocurriendo que al llegar al borde del mismo, posaron sus patitas delanteras bruscamente en las calmadas aguas revolviéndolas, siendo que la imagen que vieron fue algo difuso y sucio, por lo que espantadas corrieron a preguntarle al mentiroso cuervo.  Éste mientras tanto, devoraba ávidamente el almuerzo de las vanidosas.  Al arribar al establo, el cuervo fue sorprendido in fraganti con el pico en los granos y, montando en cólera ambas cochinitas, sintiéndose traicionadas, la emprendieron a mordiscos contra el  infeliz cuervo, que desplumado de sus partes más íntimas, se dio a la fuga dando curiosos saltitos.  Las puerquitas terminaron su ración de maíz y, el cuervo ahora vaga en la profundidad del bosque, sin mostrarse en público por la vergüenza de su desnudez, misma que descubrió en una visita que hizo al estanque.  

            No se te ocurra pasarte de listo, no sea que aquellos por ti traicionados, reaccionen tan rápido que te dejen vagando con toda la desnudez de tus actos ante el mundo entero.  Te aseguro que en cualquier lugar que tu imagen se refleje, te recordará que un día fuiste cogido con las manos en la masa.