¿Cuántos panes tenéis?

Autor: Manuel Velis-Pacheco

 


            Jesús es el Pan de Vida, según sus propias palabras; cuando vine a mi convencimiento personal de la necesidad de comer y beber de esa Fuente, ciertamente mi hambre y sed fueron saciadas, porque recibí y, por cierto, en abundancia.  Él, llenó mi alacena del alimento más delicioso jamás imaginado.  Lo que me sorprendió en gran manera es que ese alimento era más que suficiente. Mi ración era realmente mucho más abundante que mi necesidad; así, fui almacenando y mi alacena siempre estaba colmada, con enorme cantidad de Pan y Vino, con la consiguiente preocupación por la fecha de vencimiento.  Un día, vino el entendimiento a mi espíritu, cuando el Evangelio me explicó el por qué de esa cantidad de alimento en mi alacena personal.  Yo como muchos, andaba buscando siempre, que Jesucristo alimentara a todos aquellos que yo había llevado a sus pies, hasta que Él me mostró la tarea del cristiano que es prudente y siempre va guardando con buen cuidado el Pan y Vino que bondadosamente Dios le provee.  ¡No es para que yo tenga más que los demás! Es para que, cuando los que vayan a escucharle tengan hambre y sed, no lo acose a Él con ese tema, ya que ha sido ordenado “Dadles vosotros de comer”.  Eso nos concierne a todos los que ya hemos recibido.

            Desgraciadamente no hemos llegado al fondo del mandamiento. Nos quedamos en lo espiritual únicamente. Él dice claramente: “Dadles vosotros de comer”.  Con que si tienes llena tu alacena, empieza a darles de comer a los demás. No porque lo sientas en tu corazón, sino porque es un mandamiento. (Basado en Mr.6:30-44).