Mujer

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Pinceladas

 

Posees la intuición, sin perder la capacidad de razonar.

Eres signo de fragilidad y tienes la fuerza de un acero afilado.

Eres tranquila y transparente, como agua que reposa en la orilla… y agitada, tumultosa, como los remolinos en lo profundo del océano.

Eres débil, pequeña, en brazos del que amas… Y muralla infranqueable, torre de granito, mano protectora para defender a los tuyos.

Tienes capacidad para resignarte ante los designios de Dios, y vigor para rebelarte ante la injusticia de los hombres.

Sobre la tierra eres la de mayor dulzura, la de mayor bondad, la más delicada, la más tierna. Y nadie en este mundo lleva tan escondidos los canales del veneno y la amargura.

Eres la más habladora, pero sólo tú conoces el secreto de todos los silencios de las almas.

Eres como un tallo que pasa a tráves de sí las emociones y los sentimientos de los otros.

Eres como un artista, que toma en sus manos materiales sin formar y los define, los modela.

Eres la sonrisa y la lágrima, intérprete entre la pasión del hombre y la fuerza del espíritu que todo lo eleva.

Eres como un cristal y sabes hacerte opaca o reflejar: manejas la sombra y la luz.

Tu imagen es la más hermosa, pero con humedad de lágrimas creas la vida.

Eres más consciente, más madura, más superada…aunque de manos del dolor, se evaporan tus mejores sueños con los rayos fuertes de la realidad de hoy. Te pierdes, te desconoces en esta nueva imagen tan moderna. Pero vuelves a encontrarte, a reconstruirte, a identificarte en el contenido que Dios quiso darle a tu vida.

Pues aunque quieran deformarte, cegarte con tantas actividades progresistas, tu corazón siempre estará en el centro del hogar ¡y tu verdadera realización en el don supremo y único de la maternidad!

Tienes una medida profunda para amar y para odiar. Eres símbolo de creatividad, de espíritu, de vida. Y elemento activo, dinámico, eficaz, para la sociedad.