¿Para qué palabras?

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Corazón revelador

 

 

¿Para que palabras, si yo sé entender?
No hables. Inúndame de besos.

Yo sé de esos sueños que son besos con labios recorriendo la frente. Como pájaros volando y agua deslizándose a su surtidor muy hondo. ¡Qué claro se expresan esos besos!

Y conozco cada palabra de esos besos tercos, aferrados, de labios juntos y sabor desesperado.

¡Esos que gritan ansias, que tienen sed, que son estremecedores!

Dolor que aprieta, amor que desfallece. ¡Yo sé! Sé todo lo que quieren significar.

Entiendo bien lo que expresan esos besos locos, inquietos, salpicados por todas partes. Besos revoloteando como mariposas que se cansan primero y luego juntan las alas sin despegarlas, aunque se quemen.

Se agolpan palabras en esos besos posesivos, hondos, silenciosos.

En un instante hablan lo que se diría en horas.
Y lo que dicen, permanece. No se lo lleva el viento como esas elocuencias del hombre que a veces son sólo polvo del camino.

No fuerces las palabras. Muestra las emociones.
No esclarezcas nada. Lléname de besos.

Con tanta claridad, ¿quién no entiende? Con tanta luz, ¿quién no ve? Con tanto fuego, ¿quién no se mete en tu corteza y crece contigo?

Con esa savia circulando por los dos, ¿quién no florece?

Deja las palabras, amor mío, ¿para qué tienes los besos?