Mi hijo se casa muy joven

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Cartas para una vida

 

El amor abre hoy, para ti, las puertas de un mundo nuevo.  El amor ha dotado tu voluntad de un nuevo motivo, el más fuerte en los hombres como tú, para llegar a su pleno desarrollo, a su total virilidad. 

A ese nuevo mundo llegarán el dolor, la duda, los problemas, los temores… No busques solución temporal ni artificial a tu vida.  No rehuyas, no escondas la realidad: no es digno de tu calidad y valentía.  Recuerda que cuando la verdad trata de adaptarse a nuestra conveniencia, deja de serlo.  Y cuando a todo dejamos de darle un sentido cristiano y le quitamos el amor, resultamos insignificantes. 

El deseo de riquezas, de triunfo, de poder, a tu edad no es censurable.  Pero pisas un terreno peligroso, resbaladizo.  Casi sin darte cuenta puedes manchar tu dignidad de hombre.  Encontrarás muchos escollos y verás sucumbir a muchos que creías respetables, ante la tentación y la debilidad.  Son las concesiones, las flaquezas, esa niebla que oscurece el verdadero valor de las cosas. 

Que el trabajo sea, para ti, un medio para perfeccionarte.  Que la riqueza tenga también como objetivo ayudar a los demás, y el triunfo sea una cooperación a la sociedad y el mundo en que vives. 

Tal vez deban pasar muchos años, pero llegarás a comprender que el único éxito duradero depende de la rectitud y la nobleza con que hayamos realizado la obra de la vida.  Y la única felicidad es la que reside en el interior del hombre. 

Dale a la violencia de tu carácter una norma, una medida.  Aprende a ser el dueño de ti mismo y canaliza tus posibilidades hasta llegar sin titubeos a tu ideal.  Pues sólo a los grandes ideales corresponden las grandes metas.  Sólo de los grandes sueños salen las grandes realizaciones. Y sólo un gran amor, como el tuyo, puede hacer bella la vida. 

Cuando te confundas y no encuentres un criterio orientador, trata de armonizar estas dos llamas: el amor de Dios y la comprensión de los hombres.  Verás cómo, juntas, darán luz a tu camino. 

La vida es negarse, templarse, atrincherarse en sus principios… pero sin dejarse endurecer por dentro. 

Desde los primeros cimientos de tu juventud, ella te ha servido de punto de apoyo.  Levántala como anhelo supremo y edifica para ella, y por ella, un hombre completo. 

Si alguna vez tus ojos no saben dónde posarse, busca el corazón y las palabras de tus padres.  Su amor será como una llama tibia para envolverte, y sus palabras como un lucero seguro y eterno para iluminarte. 

El matrimonio, hijo, es un gran sacrificio de amor. 

Brinden los dos en esas copas de plata que como cariñoso recuerdo les hemos regalado hoy.  Llene ella la suya de esa ternura suave y fresca, de una gran entereza de principios y de una especial adaptabilidad para los cambios de carácter y los imprevistos de la vida. 

Y tú llena tu copa de un amor fuerte y vigoroso, una gustosa renuncia de tus libertades y deseos, y un anhelo siempre renovado de respetarla y entregarte a ella por completo. 

¡Que esas copas estén siempre en alto y siempre llenas! 

Son los deseos de tu mamá.