En la Primera Comunión de mi hija Zenaida

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Brotes  

 

Vienen puras como el lirio, coronadas de rosas blancas que sólo se recogen en el campo del candor y la inocencia. Sus plegarias son tu regocijo, tu dulzura, tu gozo.  Y sólo su sonrisa puede reflejarte y transmitirte.

 

Pero hay algo más, Señor:  son coronadas por manos temblorosas de madres cristianas, que vienen a ofrecértelas. Son lo más grande que tenemos, la esencia de nuestra vida, la raíz donde nace la ternura más profunda.  Apenas capullos recién abiertos, las ponemos en tus manos.

 

Detrás de sus plegarias infantiles, hay una oración honda, inmensa, que ha ido cuajando en nosotros a través de sacrificios, lágrimas, sueños y esperanzas.  Detrás de sus sonrisas estamos nosotras inmolándonos por ellas y diciéndote:  enséñalas a resistir el dolor y a valorarlo. Danos luz para guiarlas, fuerza para sostenerlas y  un amor  que sepa siempre conducirlas a Ti.

 

            Tú me la diste, pero yo tengo que formarla.

            Tú me la diste, pero con un modelo preciso para

             realizar una obra.

            Tú me la diste, y yo tengo que devolvértela, Señor.

            Tú me la diste, y yo la traigo hoy para que te conozca.

            Prepara el encuentro…

            ¡Y entra, Jesús mío!