¡Vas a Llegar!

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Ramillete de Estrellas

 

 

   Nadie alcanza la meta con un solo intento...
¡Ni perfecciona la vida con una sola rectifi-
cación!... ¡Ni alcanza altura con un solo vuelo!
   Nadie camina la vida sin haber pisado en
falso muchas veces...
   Nadie recoge cosecha, sin probar muchos
sabores... enterrar muchas semillas... ¡y abonar
mucha tierra!
   Nadie mira la vida, sin acobardarse en
muchas ocasiones... Ni se mete en el barco sin
temerle a la tempestad... ¡Ni llega a puerto sin
remar muchas veces!
   Nadie siente el amor sin probar sus lágri-
mas... Ni recoge rosas, sin sentir sus espinas...
¡Ni forma hogar sin prolongarse en otros!
   Nadie hace obra, sin martillar sobre su edifi-
cio... Ni cultiva amistad, sin renunciar a si mis-
mo. ¡Ni se hace hombre, sin sentir a Dios... 
   ¡Nadie llega a la otra orilla, sin haber ido
haciendo puentes al pasar!...
   ¡Nadie se hace un rió caudaloso, sin entron-
car con muchos afluentes!
   ¡Nadie deja su alma lustrosa sin el pulimento
diario de Dios!
   ¡Nadie se viste de príncipe, sin haberse puesto
el traje de faena muchas veces!...
   ¡Nadie llega al final, sin que le hayan cortado
el camino, muchos tramos!...
   ¡Nadie recoge buen fruto, sin esperar la
estación de lloverle y madurarlo!
   ¡Nadie puede juzgar sin conocer primero su
propia debilidad!...
   ¡Nadie consigue su ideal sin haber pensado
muchas veces que perseguía un imposible!...
   ¡Nadie conoce la oportunidad, hasta que pasa
por su lado... y la dejan ir!
   ¡Nadie encuentra el pozo de Dios, hasta
caminar por la sed del desierto!...
   ¡Nadie acepta cargar una cruz, hasta que Dios
se la acomoda!... ¡y se ve que puede resistirla!
   ¡Nadie enciende su luz, sin haber tenido la
mecha dentro mucho tiempo!
   Nadie se salva del naufragio, sin haberse traga-
do mucha agua... ni saca a relucir un sueño sin
haberle dado forma bajo sus alas... Ni crea una
novedad, sin que le salte la duda de un dispa-
rate...
   Ni deja de fallar cuando tiene mucho que
decidir... Ni es una bujía tan segura, ¡que no sien-
ta en algún momento deseos de retroceder!
   Nadie es luz que no parpadee... ni torre que
no se mueva... ni pájaro que no se asuste... 
ni vida que no se atemorice... ni fortaleza que 
todo lo resista...
   Pero nadie deja de llegar, cuando tiene la cla-
ridad de un don... El crecimiento de su voluntad...
la abundancia de la vida... El poder para realizar-
se... ¡Y el impulso de Dios!
   ¡Nadie deja de arder con fuego dentro!...
Nadie deja de llegar, cuado se lo propone!
"Si saca todo lo que tienes...
"¡Vas a llegar!"