No Necesita

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Ramillete de Estrellas

 

 

   

   La soledad no necesita tanta gente...

La compañía está en ti mismo.

 

   La Fé no necesita tanta sabiduría...

La evidencia está en todo lo que te rodea.

 

   La comunicación no necesita tantas

palabras... El espíritu lo capta.

 

   La afinidad no necesita tantas demostra-

ciones... El alma la intuye.

 

   El perdón no necesita de tantas excusas...

¡Se da sin pedirlo!

 

   El amor no necesita de tantas razones...

¡Nace sin permiso de nadie!

 

   La amistad no necesita de tantas pruebas...

La enseña un detalle o un golpe.

 

   La oración no necesita de tanto rezo...

Basta una palabra personal llena de amor.

 

   La vida no necesita tanta suerte...

Basta el entusiasmo de luchar por ella.

 

   La culpa no necesita tantos atenuantes...

Le basta el arrepentimiento y la conciencia.

 

   El éxito no necesita de tantos halagos...

Reluce por sí mismo.

 

   El talento no necesita de tanta exhibición...

Brota a cada paso.

 

   La conducta no necesita justificarse...

Tu proceder la demuestra.

 

   La oportunidad no necesita detenerse...

Tu intuición la capta.

 

   El amor a la patria no necesita discurso...

Tu sacrificio lo delata...

 

   Tu siembra no necesita tantas herramientas...

El corazón le basta.

 

   Tu dinero no necesita tantos bancos...

Tu avaricia lo protege.

 

   Tu subida no necesita ser tan alta...

Porque caes por tu propio peso.

 

   El culto a ti mismo no necesita tanto

pedestal... El tamaño siempre se descubre.

 

    El tiempo no necesita de tanta carrera... le

basta el madurar de cada dia.

 

   Los milagros no necesitan tantos relatos...

Basta con ver salir el sol.

 

   La caridad no necesita que te conduelas...

Sino que te involucres.

 

   La vida no se ensaña contra nadie...

Cobra lo que le debes.

 

   El amor no se exige...

Se prodiga.

 

   El perdón no se dulcifica...

Se cicatriza.

 

   La felicidad no se mide...

Se regala.

 

   La cruz no se elige...

Se carga.

 

   Los designios no se discuten...

Se acatan.

 

   Y a Dios no se le escudriña...

¡Se le deja obrar!