Nadie

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Ramillete de Estrellas

 

 

 

   Nadie se hace corriente, sin haber sido agua

muchas veces...

 

   Nadie se hace flor, sin haber sido primero

cascarón y semilla...

 

   Nadie cuaja en fruto, sin haber vivido bajo

tierra en buen tiempo...

 

   Nadie llega a la muralla, sin haber empezado

por ladrillo...

 

   Nadie sube una escalera, sin haber pisado

escalón por escalón...

 

   Nadie ama la vida, sin haberle conocido

todos sus matices...

 

   Nadie perdona, sin haber goteado todo su 

veneno...

 

   Nadie se conforma, sin haber sentido la

mano de Dios...

 

   Nadie se conoce, sin desnudar su concien-

cia... y descartar su apasionamiento...

 

   Nadie llega a la cima, sin haber resbalado

muchas veces subiendo la montaña...

 

   Nadie concibe un ideal, sin una mecha 

dentro...

 

   Nadie cumple su destino, sin trazar su meta...

aferrarse al timón... y plantarse ante la vida...

 

   Nadie puede conocer la religión, sin el "botón

de oro" de la muerte de Cristo...

 

   Nadie pesca almas, sin tirar las redes...

 

   Nadie oye a los que pasan, sin abrir sus ven-

tanas...

 

   Nadie se resignaría a morir, si la muerte no

fuera puerta... principio... cielo... ¡y Dios!

 

   Nadie es feliz por conseguir lo que quiere, 

sino por querer el bien... el amor... y la dicha de

todos.

 

   Nadie podría entender esta vida, si no mirá-

ramos al derecho lo que esta al revés... y no

miráramos por otro lado, los renglones torcidos.

 

   Nadie reparte lo que tiene, sin amor al herma-

no... sin sentido de justicia... y sin generosidad

del corazón...

 

   Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni

perfecciona la vida con una sola rectificación. Ni

alcanza altura con un solo vuelo...

 

   Nadie camina la vida sin haber pisado en

falso muchas veces...

 

   Nadie recoge cosecha sin probar muchas

clases de semillas...

 

   Nadie mira la vida sin acobardarse en

muchas ocasiones...

 

   Nadie llega a puerto, sin bracear muchas

veces... Ni siente el amor, sin probar sus lágri-

mas... Ni recoge rosas, sin sentir sus espinas...

Ni forma hogar, sin prolongarse en otros... Ni

cultiva amistad, sin renunciar a si mismo... Ni se

hace hombre, sin sentir a Dios...

 

   Nadie sería nada, sin la "Gracia Divina" detrás

de cada sueño... de cada conquista... de cada

éxito... de cada galardón

   ¡Nadie seria ni lo poco que somos!