Quiero

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Con las Alas Abiertas

 

Quiero decir a la juventud…

Que nunca pierdan su vigor y su lozanía.

Nunca dejen de encender su propia luz.

Nunca emprendan un vuelo sin contar con su propia dimensión.

Nunca dejen de definirse.

Nunca desistan al primer intento.

Nunca se dejen usar.

Nunca pierdan el tiempo pensando que sobran los años.

Nunca quieran vivir con la rienda suelta.

Nunca desprecien conceptos y experiencias de sus mayores.

Nunca desoigan la voz de su conciencia.

Nunca dejen los talentos sin dar fruto.

Nunca den a cambio de “algo”.

Nunca se enreden en las mentiras del mundo.

Nunca dejen enfriar el amor.

Nunca se den por vencidos.

¡Y nunca abandonen la emoción de vivir!

 

Quiero decir a la juventud…

Que nunca pierdan el coraje de oponerse, de levantar la voz, de batallar por la justicia.

 

Nunca admitan un viento que los quiebre, nunca un peso que los aplaste, nunca una pasión que los domine.

No quieran florecer antes de la estación.  No quieran dorar la cáscara antes de nutrir la pulpa.  No quieran empezar a vivir antes de saber hacerlo.

No lleven el timón sin tener una brújula.  No levanten las velas sin medir el viento.  No echen a andar sin engrasar el motor, sin tensar los cordeles, sin preparar el ancla ¡y sin fijar el puerto! 

No se esclavicen a nada ni a nadie.  No pierdan sus derechos por no saber defenderlos.  No traten el amor como un objeto desechable.  No usen la libertad sin sus contenes.

 No pierdan su juventud, su heroísmo, su valentía y su sonrisa, para que también nosotros podamos sonreír.

  Quiero decir a las madres…

Que acepten a los hijos, sabiendo que no les pertenecen, sabiendo que abrirán sus alas para crecer, que se pararán a cantar en otra rama y buscarán otra mujer, y darán otros besos, y se abrirán otro espacio, y calentarán  otro alero ¡y formarán otro nido!

 Entonces, madre:

Aprende a bajar otro escalón, a divisar en lejanía, a perder tu predominio, a no ser la dueña de sus proyectos y no sentirte como la autora de su destino.

Tú, madre, quedas atrás, en la estela del barco al partir, en el pañuelo que lo despide, en la oración que lo envuelve, en la lágrima que lo calienta, en el recuerdo que lo revive, en el corazón que no lo olvida y en los brazos siempre abiertos… siempre soñando y siempre esperando.

 Quiero decir a los que siempre les falta algo…

Que la vida no lo da todo.  Casi siempre se carece de algo.  No es copa rebosada, ni felicidad fija, ni capacidad plena, pero pone elementos a tu alcance para completar, compensar y suplir lo que te falta.

 Si te faltan medios, que te sobren sueños.

Si te faltan facilidades, que te sobre fortaleza.

Si te falta la patria, que te sobre patriotismo.

Si la marejada es dura, que los remos sean largos.

Si la mentira se extiende, que la verdad sea inquebrantable.

Si el mundo se tambalea, que la fe se afiance.

Si te faltan dones, que te sobre el coraje.

Si te faltan motivos, que te sobren convicciones.

Si te falta compañía, que te sobre Dios.

Si te faltan estrellas en el cielo, que te sobren lámparas en la tierra. 

Olvídate de las estrellas que encienden el cielo.  Olvídate de las que encienden los otros: tienes la llama dentro de ti, ¡si soplas con amor, la encenderás!