Anclados
en Dios
Dedicado
a mis seis hijos.
Autora:
Zenaida Bacardí de Argamasilla
Libro:
Con las Alas Abiertas
Cuando tenga
que dejarlos, quiero verlos sonreír. Quiero
un recuerdo alegre, alentador, reconfortante.
Cuando
tenga que dejarlos, no alteren su vida, no pierdan su entusiasmo, no queden
heridos.
Por el
contrario, en mi memoria llénense de valentía, de impulso para avanzar, de
fe para esperar. Y en mi nombre
acérquense a Dios y únanse los unos con los otros.
Porque
ustedes son la cadena de amor que dejo tras de mí.
Son continuación de mi camino, flores de mi siembra, constancia de
mi permanencia.
En mis
grandes sueños, no busco cielo como un refugio feliz, sino como un lugar
para seguir batallando por ustedes hasta salvarlos a todos.
Han sido
el eje de mi vida ¡y serán las alas de mi vuelo!
Subiré con ustedes en el corazón, pues el Señor no se lleva a las
madres para quitarles el amor, sino para moverles las raíces y dejarlas
mirar desde más alto.
Cuando
tenga que dejarlos, no sientan soledad: para velar por ustedes siempre estaré
viva. No sientan abandono:
siempre estaré en los huecos que no sepan llenar.
No sienta lejanía: me
asomaré a oírles palpitar el corazón y a mandarles luz en todo lo que
emprendan.
¡Desde
que parta, todo lo que les pase se colará hasta el cielo!
Desde mi
llegada, van a quedar todos anclados en Dios.
Este es
un viaje que no debe nublar la luz de sus ojos, un viaje donde volveremos a
reunirnos… Cada uno tiene su hora de llegar.
Pero no
teman: mi madre y yo
vigilaremos para recibirlos y abrazarlos.
Mientras
tanto, sean felices, hijos. ¡Sean
felices!
Una
vez más, quiero decirles
Mi
amor será en el cielo
una
estrella colgante
alumbrando
la vida
¡de
mis seis caminantes!
Mi
amor desde allá arriba
no
será todo ausencia.
Uniéndoles
la vida,
sentirán
mi presencia.
Mi
amor desde allá arriba
siempre
estará pendiente
para
saber si sufren,
para
saber qué sienten.
Mi
amor de más arriba
será
un riego a mis flores.
Yo
nunca dejaría
mis
seis grandes amores.
Mamá.