Amor, Amistad y Fe

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Con las Alas Abiertas

 

 

Decir amor es soltar la respiración y dejar salir un suspiro hondo.

Decir amistad es como abrir la puerta y dejar entrar un sentimiento suave y profundo.

Decir amor es hacer dulce el dolor y querido el sacrificio.

Decir amistad es hacer tibia la comprensión y calidad la compañía.

Decir amor es encontrar el compendio de todas las ansias de la vida.

Decir amistad es encontrar el manto de la ternura el consuelo y la paz.

 ¿Qué es el amor?

Es la miel de todas las penas, el quehacer de todos los días, el eje de todos los motivos ¡y el milagro invisible que realiza Dios dentro de nosotros!

El amor es un arte y una ciencia, no un oficio. 

El amor es un entretejido, un traspaso y un goteo, no una ventaja. 

El amor es un ensanchamiento, una aspiración y una luz, no un adorno. 

El amor es la dicha de todos los días, no la espina de todas las horas. 

El amor no es vivir de costumbre y de monotonía, sino de pasión y de incentivos. 

El amor no es una copa que vas probando, sino un vino donde vas saboreando ese misterio en el que no sólo abarcas la vida, sino donde vas fijando el amor para siempre. 

El amor no es una cascada que se despeña, sino un río que canta, hace camino ¡y marca la vida! 

El amor no es un volcán que todo lo destroza, sino un árbol donde todo va naciendo, se va consolidando y va creciendo.

El amor no es avidez que reseca, sino un fruto jugoso que te nutre.  No es mucha ciencia, sino mucha sensibilidad, muchas rosas y mucho con qué vivir. 

El amor no son muchas superficialidades, sino mucha concentración, mucho  goteo y mucha pulpa.

 Es una pasión, no un hábito.  Es una apetencia, no una indiferencia.  Es sueño, no cicatriz. 

El amor es eso que te hace pequeña y te hace grande, te hace violeta y te hace rosa, te lleva la vida ¡y te hace vivir! 

Es eso que te afina la sensibilidad, te llena la corola, te doblega el corazón, te cambia el paisaje, te perfuma el huerto, te afianza las raíces ¡y te mantiene el nido! 

Es la antorcha encendida que llevas en lo más alto de la vida.

 

¿Qué es la amistad?

 Es como el árbol a cuya sombra siempre vas a refugiarte.  Es como el huequito a donde siempre vas a descansar. 

Es como el lente a donde siempre vas a buscar la luz.  Como un cojín para recostar la cabeza.  Como un algodón para cubrir las heridas.  Como un bastón para ayudarte a caminar. 

Es el rocío de tu resequedad, la lamparita de tu tiniebla, el perfume de tu alma, la alfombra de tus pies ¡y la rosa de tu cruz! 

La amistad es la antena para sintonizar amigas, el puente para dejar pasar, el conductor para hilvanar las almas. 

La amiga es el rayito de sol de todos los días.  Es la sonrisa prometedora de todos los proyectos.  Es el estuche para guardar secretos y lágrimas. Es la llave para saber qué pasa corazón adentro.  Es un regalo de Dios con chispas milagrosas para sus escogidos. 

¡Cultívala y no la dejes ir! 

El amor es un torrente. La amistad es un rocío.

El amor es tronco.  La amistad es sombra.

El amor raíz.  La amistad es cultivo.

El amor es dueño.  La amistad es servidora.

El amor es de montaña.  La amistad es de camino.

El amor seduce, la amistad gotea.  El amor se apasiona, la amistad se identifica.  El amor brota, la amistad sostiene.  El amor absorbe, la amistad se prodiga.

El amor es fuego, la amistad es lámpara.  El amor se exalta, la amistad se enternece.  El amor es tapiz, la amistad es agujita.

El amor es vida, la amistad es soporte. El amor se ciega, la amistad razona.  El amor hace la vida, la amistad hace la luz.

El amor y la amistad son los ejes, los puntales, pero con el telón de fondo de la fe.  Esa fe que cementa, estructura y abastece.

Porque el amor pasa ensanchando vidas; la amistad, despertando almas, y la fe, levantando virtudes.

El amor toca los sentidos, la amistad perfuma los sentimientos y la fe eleva el alma.

El amor es la palanca, la amistad es la columna y la fe es el cimiento.

El amor va tras la luna, la amistad, tras el lucero y la fe, tras el horizonte.

El amor se mira en el río, la amistad se refleja en el lago y la fe se hunde en el mar. 

El amor truena, la amistad arrulla y la fe canta. 

Los amores se consagran, las amistades se abrazan y los espíritus se funden. 

El amor enfoca con pupila apasionada, la amistad enfoca con pupila alerta, y la fe, con pupila divina. 

El amor hace la vida, la amistad hace la luz y la fe hace la salvación.

El amor es eso que agranda el pecho de todos los hombres, la amistad es eso que endulza la pena de todos los días y la fe es eso que fija nuestro destino para siempre. 

El amor tiene en su esencia algo del Dios que nos hizo; la amistad, algo del ángel que nos cuida, y la fe, algo del Cristo que nos salva. 

Entre los tres tienen el poder de encender la vida, marcar la trayectoria  ¡y ganar el cielo!