Niños pobres y niños ricos

Autor: Víctor Corcoba Herrero

 

La acogida, el amor, y el servicio al niño, nota distintiva de las familias cristianas. (Juan Pablo II.-

Exhortación apostólica postsinodal Familiaris Consortio,  noviembre de 1981) 

Los niños del mundo pobre,

se les recluta para ser escudos,

se les arma para ser guerreros,

se les adoctrina para ser leones,

y a cambio de pan, reciben odio,

que les mutila la sonrisa del alma.

 

Los pobres niños del mundo rico,

abandonados a sí mismos

y a sus instintos del vicio,

viven  tan ociosos como vacíos,

entre computadoras

que hablan,

pero no sienten,

en una casa donde los padres

viven cada uno a su manera,

sin tiempo para sus hijos,

sin deber educativo alguno,

tan sólo el derecho

a traerle una cosa cada día.

 

Ante preocupante atmósfera,

dispongo y propongo,

por orden del corazón,

acorazado por el desorden,

lo que sigue:

Que al niño se le trate como niño,

que los padres multipliquen el amor,

y que el mundo divida los panes.

 

Porque...

la familia debe ser para los niños,

el primer latido de paz,

y el mundo,

el primer verso de amor.