Los deberes de la vida

Autor: Víctor Corcoba Herrero

            

Vivir el día a día,

y en el día vivir:

cortés en las formas,

gentil en el fondo;

para donarse a la existencia

y darse vida en la vida.

 

Haré una buena acción

y no lo diré a nadie

y no lo echaré en cara

y no diré sí,

sí tengo que decir no.

 

Nada de prisas ni de pausas,

y si muchas risas y rosas,

para que el amor

tenga su poso de paz,

al igual que el cauce del río,

rimas que donen aire.

 

Que la risa es para el mundo

lo que el beso del sol

para la flor,

lo que el beso de la luna

para el verso de la noche.

 

Me niego a estar disponible

para el odio,

me niego a estar ocupado

por la violencia,

me niego a no ser yo.

 

El yo en la poesía es el otro,

una manera de vivir,

una moneda sin cambio,

una entrega sin condiciones,

y una condición sin límites,

el amor de amar amor.

 

Por todo ello, Dios:

Ven a mis soledades

aunque no me sienta solo,

ven a mis silencios

aunque pase de tu voz,

ven a darme cobijo

aunque no lo merezca,

porque haya suspendido

los deberes de la vida

y no tenga derecho a nada.