Confesiones a Santa Teresa de Jesús

Autor: Víctor Corcoba Herrero

            

El jardín bañado en níveo manantial hágase brindis aquí, en el silencio. Nunca marchiten las rosas del cielo, que la luz sin ellas no vive. Yo que bebí del verbo de su fuente desde niño, lo recomiendo. Ella es: la notabilísima escritora Dª. Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, llamada, en la vida religiosa, Teresa de Jesús; nombrada, en mi vida poética, Teresa del Verso; que no es poeta porque tú la leas, es poeta porque es poesía.

   I .- SER POESÍA

 

Ya ni los campos cultivan

rosas en el aire,

sólo espinas y sombras.

 

Sombras y espinas sólo

hay en la tierra, (¡ay!;

dejadme ahí con los vasos del verso;

que calmada la sed, se calma

el universo.

 

              II .- VIVIR

 

Yo que me afano en vivir

el camino de la luna

en la mar,

y en nadar de amor;

y que me desvelo en llevar

el bolsillo cargado de poemas,

también las penas me apenan

y siento que vivo también ...

... "sin vivir en mi".

 

III .- NOCHE TERESIANA

 

La brisa de la luz está en su vida,

junto al olmo del alba.

 

Suave racimo de sol es su paso,

paseo poseído de poesías,

"que mueren porque no mueren".

Que viven porque sí viven,

rebosantes de amor;

sí amáis lo veréis,

mejor, ¡(lo viviréis!.

 

IV.- VUESTRO VERSO DE SANTA ES NECESARIO

 

Tantos desamores al amor,

tantos clavos a la paz;

decidme Teresa del Verso:

¿cómo parar las revueltas de las vueltas?.

 

Porque vuestra oración de Madre

es tan tierna como eterna;

tan luz como posada, ¡(alumbradme!.

 

V.- FUE UNA MADRE

 

Fue una Madre más mística que doméstica,

que hizo de la palabra:

"palabras sin concierto

que sólo Dios concierta".

 

Aunque yo jamás probé puchero

tan bien condimentado como servido.

¡ Cuánto alimento al corazón!

 

En los caminos de cualquier hora,

invitaba al hogar del libro:

"tan necesario para el alma

como el comer para el cuerpo".

 

Yo que quiero vivir como Tú:

aspiro a dejar de herencia poesía

y de riqueza sueños.

 

Lo afirmo y lo firmo en las soledades

de la luna, bajo el silencio de las estrellas,

que cantan a gloria,

 por Teresa del Verso en las Alturas.