Ante deseos envenenados

Autor: Víctor Corcoba Herrero

            

Descompensadas pasiones

se apoderan del mundo;

deseos de poder y podar,

de dominar y domar,

de someter y arremeter.

 

Adormecida la humanidad,

nada es lo mismo,

ni el amor sabe a rosa,

ni la rosa a poesía,

ni la poesía a vida,

ni la vida a manantial de luz.

 

Hacen falta corazones abiertos

al amor de los amores,

al amor de Dios,

en un tierra que entierra

la sonrisa de los niños

y se ciega a dar palos a los sordos.

 

Se precisan labradores

que cultiven labios de alma,

para que sus besos cautiven

el orbe y el urbe, el ser y el estar.

 

Si tú eres uno de ellos,

escríbelo en el aire,  

abracemos miradas

y ciñamos corazones,

para que el poema de vivir

vuelva a la vida,

y en la vida viva y nos reviva.