Algo más que palabras

"Amor eterno de Dios más alla de la muerte"

Autor: Víctor Corcoba Herrero   

 

 

Hace apenas unos días, dábamos el adiós desde la fe al P. Francisco Contreras Molina, Paco para los amigos: religioso, sacerdote, Misionero Claretiano, formador, profesor, investigador e intérprete de la Palabra de Dios, poeta, cura rural..., un sencillo y entrañable hermano de comunidad, un hombre bueno que irradiaba bondad hacia todos, como se dijo en la homilía de su funeral. Justo ahora, cuando muchos de sus amigos empezamos a sentir su ausencia, nos sorprende un nuevo libro suyo gestado en los últimos años, que no ha podido ver impreso, donde se relata el feliz encuentro entre el Señor y María Magdalena. El título no puede ser más significativo, es lo propio de un místico de verbo, en coherencia con el carisma claretiano y a su cátedra en la Sagrada Escritura: “el Señor Resucitado y María Magdalena. 30 sonetos de amor y el evangelio de San Juan”, PPC- Editorial. El poético libro, de más de un centenar de penetrantes páginas, imprescindible para los estudiosos en las hondonadas teológicas, sigue una estructura tripartita, conforme al orden establecido por el tiempo que les tocó vivir a Jesús y a María Magdalena en su crucial encuentro. Puede articularse según esta referencia espacial: la noche de la ausencia, el alba del encuentro y el día de la misión. Todo el volumen es un poema vivenciado, compartido. Dios se encuentra en la médula de su pasional poesía, gracia heredada de su madre Isabel, y la transmite por doquier rincón; ayer desde el testimonio de su vida, hoy desde el silencio de este tomo creciente de sabiduría.  

El autor que en vida, tuvo pasión por la Palabra y por la Poesía, todo con mayúsculas; no en vano entró muy joven, con la edad de once años, en la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María o Misioneros Claretianos; nos ha dejado como lección, aparte de sus huellas imborrables siempre acompasadas por una sonrisa, su voz impresa en sus variadas publicaciones. En este último compendio, germina un ramillete luminoso verdaderamente conmovedor: “amor eterno de Dios más allá de la muerte” (Pág. 128-129). Es su testamento definitivo. “Doy fe de estas palabras del Señor, que él se ha dignado revelarme. Recitándolo con mis labios gastados, con la cruz de mis días y la miseria de mis noches, con kilómetros de versos a cuestas y, de manera consoladora, con tantas personas estrechamente enlazadas para siempre a mi corazón, aguardo sereno la parusía de mi buen Dios, que es todo para mí: Padre, Hijo y Espíritu Santo, amor todo amor, toda bondad y todo misericordia”. Como María Magdalena, el claretiano Francisco Contreras Molina, nos injerta lo vivido porque estuvo lleno de Vida. Nos cuenta José Mª Hernández Martínez, superior del teologado claretiano de Granada y uno de los hermanos que lo acompañó más directamente en los momentos finales de su vida, que sus postreras palabras, fueron las mismas que iluminaron su caminar: “Espíritu Santo, el amor de mi vida”.  

El legado que nos deja es una preciosa vida consagrada en la que supo armonizar el estudio con la piedad, la poesía con el apostolado; fruto de una fe profunda. Como una premonición escribe en este último libro: “después de las palabras de este soneto “amor eterno de Dios más allá de la muerte” ya no habrá más palabras, ni en prosa ni en verso… Este libro ya se cierra. También puede clausurarse el libro de mi vida cuando Dios quiera. He cumplido mi misión como poeta y misionero, hijo del Inmaculado Corazón de María, a la que desde niño, como el profeta, fui llamado y a la que he tratado de responder con desvelo…” Además de este ejemplar, que acaba de llegar a las librerías de todo el país, “el Señor Resucitado y María Magdalena. 30 sonetos de amor y el evangelio de san Juan”, fruto de un trabajo intenso y extenso como ya dije, volumen que posiblemente sea presentado después del verano y que recomiendo su lectura, el autor sintió la necesidad de escribir un texto contando su experiencia: “El cáncer me ha dado la vida”. Y aquí, como alguien ya dijo, vemos nuevamente su celo misionero, que encuentra fuerzas para dar su último mensaje, de cómo Dios le estaba trabajando en medio de la enfermedad, ofreciendo un mensaje de esperanza para tantos hombres y mujeres que luchaban como él. Un libro póstumo que debería publicarse. El testimonio de Francisco Contreras Molina, de donarse todo y no conservar nada, de ayudar a matrimonios a través de diversos movimientos eclesiales como los ENS, de ser un pastor según el Corazón de Dios, es un tesoro para el mundo. “No hay más cielo que venza todo infierno/ sino este: no dejar ya de quererte”.