Destruida la belleza se derrumba la vida

Autor: Víctor Corcoba Herrero

 

 

Marchitada la belleza de la creación,
nos queda sólo seguir penando
con los ojos ahogados de lágrimas.

Destruida la gracia del asombro,
se echa por tierra lo que el cielo engrandece,
las maravillas siderales,
el bosque de las grandezas,
el sueño de los poetas,
la oración del aire, el canto de las delicias.

Este mundo ya no es el mundo del verso,
obra de Dios y que por Dios vive,
hay que retomar el pulso santo
y tomar la vida unidos por el verbo,
antes de que la noche
nos siegue la vida para siempre,
y como las telas de araña
se nos rompa el hilo de tanto tensarlo.

Mortecina historia la del ser humano
deshumanizándose,
familias contra familias,
la explosión de la ordinariez
en carne viva,
destronando el orden que rige el universo.

Somos de un desorden mayúsculo
en el minúsculo espacio,
el desentono que todo lo desentona
al par de la envidia y el egoísmo,
la mentira en un cristal virgen,
el espejo de la apariencia,
el rey de las brutalidades,
el gobierno de la ambición,
el último refugio del fracaso
de una ciudadanía sin conciencia,
en pugna de mordiscos contra sí.

Se han perdido las sonrisas del alma,
porque el mal avanza destruyendo la belleza,
esparciendo las semillas del odio
en una creación engreída y recluida.

Alejados del Creador seremos soledad
de fuego, llama que envenena
las rosas que fueron rosas
sobre los caminos de la existencia.