La charca

Autor: Rafael Ángel Marañón


Un gorrino en su charca se bañaba

Con épico y sonoro regocijo,

Y tanto más se hundía en el amasijo,

Más a gusto el marrano se encontraba.

 

Pasando un corderito por el pago

Se apartó del lugar, porque temía

Manchar la blanca lana en porquería

Que hubiera su albo manto mancillado.

 

Tozudo el sucio cerdo le espetaba

Con cólera y gruñido impertinente,

Que entrara en aquel charco pestilente

Y el légamo, con él, también gozara.

 

La tierna, limpia y blanca corderilla

Así dijo al gorrino encenagado:

No quiero reposar ahí a tu lado

Y no voy a acercarme ni a la orilla.

 

Tu gozas en el lodo maloliente

Pues eres sucio por naturaleza,

Yo retengo en mi cuerpo la limpieza

Y no quiero ensuciarme, aun levemente.

 

Así también nosotros, por su ejemplo,

Debemos mantener nuestra limpieza;

Al cerdo desecharle en su impureza

Y hacer de nuestro cuerpo un limpio templo.