Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

Tengamos presente que... algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Filipenses 1:15 al 18. No entremos a su provocación que es tentación, sino expongamos claramente la verdad con entusiasmo y sin arrogancia. Y, El que tenga oídos para oír, oiga.  Mateo 13:9.   Nada se consigue con gestos con los que se desprecia a los que, por no ser iluminados, no quieren ni pueden aceptar el Evangelio. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Romanos 8:7. Si no hay llamamiento, vocación, iluminación y unción para el que nos oye, todo esfuerzo es vano. Nosotros debemos predicar con todas nuestras fuerzas y capacidades y lo demás depende solo de Dios.  Solo Él puede y sabe abrir los corazones a la verdad. Para que todo sea para su gloria y no para agradar a nuestra vanidad.