Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

María, la hermana de Lázaro, se quejaba ante el Señor de que su hermana no se ocupara de las cosas de la casa mientras que Él estaba en ella. Jesús le dio una gran lección de lo que verdaderamente tiene importancia. Lucas 10:41,42. Mientras que Él está junto a nosotros nos debemos concentrar en Él porque su Palabra y su Espíritu son inagotables y fuente de toda instrucción, consuelo y gozo. Por lo tanto, si como María hemos percibido lo que es la mejor parte, y sentimos que ya la poseemos ¿Para que ocuparnos de tantas minucias, carnalidades, cominerías y tantas distracciones vanas del mundo (como hacemos tantas veces) mientras el Señor nos habla con tan gran amor y ternura?

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Colosenses 3. ¿Podemos reprocharle a María lo que su hermana le reprochó, pero Cristo alabó?