Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis con criterios humanos?  1 Corintios 3:3.

El apostol Pablo hablaba amargamente a los cristianos de Corinto, porque entre ellos existían todo y más que el prudente servidor de Dios procuraba no declarar aunque sí decía que entre los cristianos de aquella ciudad existían cosas que ni aun en los paganos se daba.

¿Es ese el estado espiritual de muchos de nosotros? ¿es ese el estado en el que debemos permanecer los que creemos o decimos creer?

¿O es nuestra tibieza y nuestro descuido en las cosas espirituales lo que está produciendo la situación por la que pasa Europa y el mundo entero que no sabe en que creer si no les damos un referente firme en la conducta de los autollamados cristianos?

No somos neutrales en estas lides espirituales; somos beligerantes. Somos responsables de lo que está sucediendo. Mira en tu corazón y analiza lo que te corresponde hacer. Y hazlo. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. 1ª Corintios 4:20.

Como hizo Pablo, Pedro, María, Priscila, Lidia de Tiatira...  y tantas personas que viviendo en esta tierra con nuestras mismas o quizás más dificultades hicieron lo que debieron. Y así habló Pablo de su ministerio grandioso y eficaz.

Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Corintios 4,1. Eso es lo que hace prevalecer el Reino de Dios entre la humanidad perdida, y no la palabrería ineficaz y a veces contraproducente.