Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

La Santa Escritura es palabra de Dios. Necesaria y suficiente. No le quitemos ni le añadamos para que no pequemos contra Dios, pensando que su revelación es incompleta y que nos falta o sobra algo de ella. Solo ponerla en práctica es suficientísimo para entrar en la voluntad de Dios para con nosotros, pues sus mandamientos no son gravosos ni arbitrarios 1ª Juan 5:3 sino que su voluntad es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2 Bendito tal Señor y tal Padre que nos guía por los caminos de este mundo secuestrado por el padre de la mentira. No le fallemos en lealtad, aunque muchas veces, demasiadas, le fallamos en nuestra debilidad. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. Colosenses 2: 8 y ss.

Así es el misterio de Cristo y en el debemos apoyarnos en nuestra vida de fe. No olvidemos que él, Jesús mismo, dijo expresamente a sus discípulos... porque yo vivo, vosotros también viviréis. Juan 14:19. ¿Cabe mayor promesa?