Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

Huyamos de las emocialidad y el alboroto con que los mundanos sustituyen la verdadera adoración cristiana, suplantando el verdadero culto y la genuina adoración. Son solo espectáculos que van dirigidos a las emociones y la vanidad de los sentidos. Nuestra fe y una comunión jubilosa y sosegada con la Iglesia de Dios son suficientes.... Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:46,47. Esto es profundo y tiene verdadero arraigo en la palabra y bendición de Dios. Se fundan en la enseñanza del Espíritu y no sobre vanas y pasajeras emociones. Los excesos, aunque sean sinceros y genuinos, no edifican a la Iglesia. Como en todo hay que buscar la discreción y el paradigma del conocimiento de la presencia de Dios, ante quien nos ponemos cuando adoramos como iglesia.

Como decía el poeta.

Cantores, dejad palmas y jaleo para los demás.